A la luz de la luna,
Una estrella iluminó mi
pensamiento,
desesperado y con dudas,
como un ciego sin sentir el viento;
Llegué a mirar tu sensatez,
prosa dulce y volátil,
vigorosa como la fe
en tus mejillas, cinceladas
como un vino del ayer;
Pensar es inútil
si estás junto a mí,
Es poco más útil,
volar junto a ti.
Pero es una superstición
que trajo una estrella
que miró tu bendición,
y te llamó doncella.