Habitante Nº 8: Lissette Chassier: la franchuta incomprendida
Esta francesa que terminó quién sabe por qué en Rincón de Yopará, es un misterio para la mayoría de los habitantes. Y no es un misterio porque no se sepa de ella o porque hable en francés y no se le entienda. En Yopará se sabe vida obra de cada ser humano que respira. En realidad de aquellos que están tumbados unos cuantos metros bajo tierra, también. El misterio con ella radica en no poder comprender ciertas «cositas» de su vida privada que son de conocimiento público.
En su infancia, Lissette fue una niña corpulenta, de voz fuerte y gruesa, piernas chuecas, pelo alborotado. Fea. Sin embargo los genes la dotaron de una simpatía pocas veces vista y ello, quitaba en gran medida todo lo que los genes también le negaron. Además de la belleza, el sentido común.
Cuando llegó a la adolescencia su cuerpo se volvió un poco más esbelto y a los quince años ya parecía una mujer de veinticinco. De familia humilde y trabajadora, cuando cumplió la mayoría de edad comenzó a trabajar como ayudante de cocina en el bar que está frente a la plaza: » La esquinita del buen sabor».
Para empezar debo aclarar que Moisés no es filósofo ni es manya. Moisés es profesor de Filosofía e hincha rabioso de que pierda Nacional. Pero bueno, en Yopará todo el mundo habla de él como el filósofo y no hay nadie que piense que puede ser de otro cuadro, que no sea Peñarol.
Moisés nació en Rincón de Yopará como su padre Elías, al igual que su abuelo Jesús, que su bisabuelo Mateo, que su tatarabuelo Lucifer. En cuestiones de nombres, cada familia un mundo.
Cuentan algunas personas que los primeros años del matrimonio entre Gualberto Capelucetti y María Mirta Morales, transcurrieron en total y absoluta normalidad. Con la llegada de los hijos sin embargo, las cosas cambiaron sustancialmente. A doña María Mirta se le dió por hacer huelga de brazos caídos y dejó de cocinar, después dejó de limpiar, después dejó de lavar la ropa. Don Gualberto tuvo que armarse de valor y empezar a tomarle cariño al lampazo y al trapo de piso y en sus pocos minutos libres, comenzó a leer el Crandon.
Fiorello Comazzi nació lejos de Rincón de Yopará, muy lejos. Sus padres lo trajeron cruzando montañas, arroyos, cañadas y hasta charcos. Cruzaron cielos de distintas patrias y se perdieron, como otros tantos que hoy se juntan a tomar unos amargos sentados en los bancos amarillos de la plaza.
Desde que era un niño su sueño era ser el policía de Rincón de Yopará. Claro que eso pasaría cuando Romualdo se jubilase, ya que por una decisión gubernamental enviada hacía mucho tiempo atrás, el pueblo solo podía tener un policía en la comisaría. Seguir leyendo Perdidos Entre Las Sierras-Habitante Nº 4: El Milico Frustrado→
Margot es la profesora de música del Jardín Nº 1 (y único de Rincón de Yopará), de la escuela pública y del Colegio Nuestra Inmaculada Concepción de María. Hace unos años dió clases en el liceo pero le hicieron un sumario por acoso a un alumno de 17 años y finalmente fue despedida. Seguir leyendo Perdidos Entre Las Sierras.Habitante Nº3:la Profesora Solterona.→
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