VALERIA, LA PRINCESA
Había una vez, una princesa que vivía en un palacio. Se llamaba Valeria. Era bajita y delgada, con un vestido elegante y una corona que brillaba del bonito color.
Un día en el palacio, Valeria, se asomó a la ventana, y… de repente, llaman a la puerta de su habitación. Era un hombre elegante y alto, con la ropa mas cara del pueblo. Valeria le sonrió, y el hombre también, pero le dijo:
– Hola, querida Valeria, vengo a decirte que, si quieres que demos un paseo por…
– Vale, me da igual a donde sea, solo quiero estar contigo .
Interrumpió Valeria muy feliz al ver un hombre tan amable. El hombre se puso a reir con una sonrisa de maldad. El hombre era uno de los ayudantes de la bruja Gruñilda. Esa bruja era malvada.
El plan que tenía el hombre con Gruñilda, era llevarsela a su castillo, para acabar de terminar una poción.
La poción consistía en beberla para que ella fuera mas guapa.
Dieron un paseo y, cuando estaban viendo los mercados tan bonitos que habian, la cogió en brazos y se la llevó al castillo de la bruja Gruñilda.
Cuando llegaron, el hombre dijo una clave, para que se abriera la puerta. Cuándo se abrió, apareció la bruja Gruñilda, riéndose de haberlo conseguido.
Metieron a Valeria en una olla grande, que soltaba un humo de color. La mezclaron con los demás ingredientes y apareció un humo de color rojo. La bruja se lo echó en un vaso y se lo bebió. Al pasar un buen rato, la bruja se convirtió en una mujer más fea, porque en el libro de las pociones ponía:
» Si echas a una mujer elegante y tú eres fea, te conviertes en una anciana, de piel arrugada, sin dientes y con un traje horrible. »
Pues así se convirtió, porque había que hacer lo contrario, tenía que echar a una mujer de su mismo físico para convertirse en una bruja guapa. Al pasar unos años, la bruja se convirtió en sapo, se tiró a un charco y como no sabía nadar, se ahogó.
Unos ayudantes, partieron al sapo por la mitad y de ahí salió una bolita de oro que se rompió. De esa bolita tan minúscula, salió la princesa de bebé y la llevaron a palacio.
FIN
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LA ISLA DESAPARECIDA
Un día, todos decidieron hacer un viaje a conocer otro lugar. Cogieron el avión del aeropuerto de Londres, en Oxford. Cuando cogieron los asientos y se pusieron en marcha a otro nuevo lugar, Raquel encontró un papel hecho una bola, estaba podrido y muy arrugado. De momento exclamó:
– ¡ He encontrado algo ¡ – Dijo excitada y nerviosa.
De momento todos giraron la cabeza en torno a ella. Raúl, que estaba escuchando música en su nuevo I Phone, pegó un brinco del asiento y asustó a Carlos, que estaba distraído, mirando a la ventana, observando los colores del cielo y contemplando como se alejaba cada vez mas y eso a él le relajaba. Carlos le pregunta a Raúl:
– ¿ Qué ha pasado ? ¿ El avión se va a estrellar en el mar o que ?- Exclamó excitado, nervioso y asustado.
– No, es mas interesante, Raquel ha encontrado una bola de papel, quemado y arrugado. – Dijo en tono burlón.
– Vale, ¿ a ver Raquel ?- Dijo Carlos intrigado de saber lo que había dentro de esa bola quemada.
– Parece antiguo, por su aspecto.- Dijo Marta haciéndose una trenza con su pelo suave y sedoso.
– Si, llevas razón.- Contestó al momento Raquel.
Raquel, muy intrigada como los demás abrió la bola con mucho cuidado, porque el papel era muy endeble.
– ¡Ahh!, ¡ qué sorpresa !, ¡ pero si es un mapa !. – Exclamó Raquel muy emocionada y sorprendida.
– ¡ Qué suerte !, el tesoro esta cerca de donde vamos a ir, a Coventry.
– Es verdad, este mapa es de Inglaterra, ¿ pero este circulo que marca ?- Dijeron los dos chicos a la vez.
– La verdad es que no lo sé.- Dijo Raquel.
– Voy a mirar en mi mochila, a ver si he dejado aquí el ordenador, para ver de que sitio se trata en concreto, podríamos ir.- Dijo Marta muy ilusionada de ir.
Cogimos el ordenador, Raquel y Marta buscaron << Mapa de Inglaterra >> , y de momento apareció el mapa. Al momento Raquel dijo:
– Es el mismo mapa del que viene aquí, si nos fijamos, en el mapa que hemos descubierto, hay un círculo justo en Bedworth.
De momento un sonido que provenía del avión comentó:
– Queridos pasajeros, os comento que ya estamos en el Aeropuerto de Coventry, en estas dos puertas podeis salir, en el centro, se encuentra una maquinaria, y allí, busque su maleta, que se haya importado, por favor, se ruega a que no haya ningún robo de alguna maleta que no os pertenezca. Gracias y que disfrutéis.
Todos salieron corriendo y cogieron las maletas. Cuando salieron del autobús, cogieron un taxi y se fueron a un hotel de lujo, porque ya era muy tarde para ir en busca de lo que había en aquel circulito tan extraño.
Al amanecer, todos se dispusieron a Bedworth, y caminaron hasta llegar a una costa, llamada Wenstminster.
Carlos y Raúl alquilaron un barco grande y hermoso, con comida y muchos mas lujos.
Nada mas que cogieron el barco, se fueron a aquel lugar tan extraño, que no conocían. Al momento, se encontraron en alta mar y se asustaron:
– Que miedo, teníamos que haber venido con nuestros padres.- Dijo Marta quitándose la trenza.
En el barco, había un GPS, y de momento apareció un círculo que rodeaba un sitio en el que estaban colocados. ¡ Era el mismo círculo que el que hay en el mapa !. Carlos miró al frente y se quedó muy interrogante al ver que no había nada , solo agua y agua, y más agua…
Se dieron cuenta de que eran fantasmas y de momentos todos empezaron a chillar:
– ¡¡Socorro, auxilio, sálvennos de aquí!! – Aterrorizados.
Al cabo de un rato, apareció un barco naranja que navegaba por allí, y escucharon esos chillidos. Eran un grupo de náufragos que se acercaron al barco, pero vieron que estaba vacío y ellos sabían que las voces provenían de allí:
– A mi me ha parecido oir estos chillidos aquí, pero por lo visto… no hay nada, esa voz me parece familiar, me suena a mi nieto Raúl, ¡ pero si murió !- Dijo el abuelo de Raúl, que iba con unos naúfragos.
– Si, abuelo, soy yo, Raúl. No me había dado cuenta de que había muerto. No me creerás, pero estoy vivo, he resucitado y estoy aquí con mis amigos en busca de algo raro que nos hemos encontrado. – Dijo emocionado de haberse encontrado a su abuelo, que seguía viviendo.
Al fin, se dieron cuenta de que aquel tesoro estaba en una isla que estaban pisando en aquel momento y que ellos no podían ver cómo era la isla, el tesoro que había…., pero lo que si vieron es que estaban juntos y unidos, incluso en aquella aventura tan peligrosa en la que se encontraba.
FIN
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