Todas las entradas de: Maria Queffelec Padron

Mi Perro Negro

F…y yo nos comprometimos, y como regalo me obsequio un lindo  cachorrito recién nacido de lo mas mono.  F…me explico que su madre murió al nacer, de manera que yo tendría que alimentarlo hasta que pudiese hacerlo por si solo. Todo en el es negro, parece una motita de algodón, suave y mullido, hasta sus ojos son de un negro intenso brillante.

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Hoy salí a comprarle un tetero a mi perro negro, como están que los prohíben me costó mucho encontrar uno y mira que recorrí bodegas, supermercados, farmacias.,  hasta que al fin, en una bodeguita por allá, escondida entre caseríos y ranchos, pude hallarlo, F…se molestó mucho al enterarse de mis andanzas, me recrimino fuerte, nunca lo había visto así, el alega que es por mi seguridad, esta ciudad es muy peligrosa y tu metiéndote en esos lugares peligrosos. Yo también proteste, pero ante sus argumentos   opte por quedarme callada mientras alimentaba a mi perro negro, que por cierto, nunca pareciera quedar satisfecho.

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Mi perro negro está creciendo a una velocidad sorprendente. Cuando le pregunto a F… de que raza es, él me contesta que es un Dálmata. Un Dálmata?, tengo entendido que los Dálmatas son blancos con pintas negras. F…me da a veces unas explicaciones tan absurda…» la perra tuvo varios perritos y el único que salió así fue el, es por eso que te lo quise regalar» Es muy juguetón especialmente con F…que puede pasarse horas enteras jugando con mi perro negro mientras yo me la tango que calar, ya nuestra intimidad está siendo afectada, porque hasta en la cama juega con él. Voy a terminar por pensar que la excusa de regalármelo era que no quiere aceptar que le gusta el perro.

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Me Acuerdo De Papa

La calle es sinuosa y llena de curvas  como las caderas de mama cuando sale de casa con  su vestido floreado y sus perfumes de Paris.  Una estela de aromas señala el camino donde los hombres voltean a mirar y silban canciones de amor. Presumida, coqueta, entra a la tienda del italiano que la espera en las tardes de calor para regalarle una  florecilla y cantarle alguna  aria de ópera,  yo le pregunto qué es lo que dice y ella me responde que no le entiende pero que le gusta. La tarde se va entre risas y  manos evasivas que esconden misivas calurosas. Entonces me acuerdo de papa.

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Vecina

 

Tengo una vecina a la cual envidio.  Su jardín colinda con el mío de manera que me permite husmear su vida sin que se dé cuenta. Por los visillos de las cortinas la miro cuando llega con sus dos hermosos hijos, bien educados, de buenos modales, obedientes y de gran finura, al contrario de los míos que son unos zagaletones desordenados, de pésima educación, mal hablados, vagos y groseros. Mis 3 hijos varones son lo que llamaríamos,  “unos buenos para nada”. Mi marido obstinado de mí y de mis repelentes  hijos,  se buscó a otra que es precisamente  mi vecina

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La Puta Lourdes

Entre Veracruz a casillas  casa sin número vive la   puta Lourdes.  Casa desvencijada y sucia, de altos techos de asbestos, con  paredes  de adobe que  se caen a pedazos cada vez que llueve. En lo alto, sus hermosas cornisas ya no están, apenas queda el vestigio de un tiempo en que  fue construida,  pero el tiempo se ha encargado de ellas, ahora sólo anidan palomas y arañas. Cuenta apenas  con  una ventana y la  puerta es tan estrecha que apenas  cabe  una persona de mediana estatura,  de un color indefinible, como el tiempo que lleva de ser construida.  La puta Lourdes se metió a monja muy joven, cuando quedó huérfana de padres que la abandonaron apenas despuntaba en la adolescencia,  pasaba mucha hambre y siempre escuchó que la comida en los conventos era buena y caliente, pero la comida era mala y rancia y el trabajo era agotador, aparte de tener que calarse las letanías de la madre superiora, una monja pestilente, siempre oliendo a cebolla y ajo, que se escapó una noche en que los perros ladraban mucho. Luego se metió a criada. Pero ser criada en una casa buena es muy difícil y en este barrio asqueroso todos son tan pobres como yo.  Me puse a dilucidar en cómo salir de esta miseria, pensando día y noche, hasta que me canse y  tome el camino más fácil, meterme a puta.

El descontento llego hasta la Jefatura Civil. Es inaudito que en una comunidad donde viven niños se permita un lugar como este.  No lo vamos a tolerar. Las voces no se acallan, llegarán a donde tengan que llegar. En la misa del domingo se  ventilo  el asunto y el cura furibundo arremetió contra ese sitio de perdición. El demonio anda suelto, arengó  hasta quedar afónico, recen mucho y encomiéndense  a Dios, él sólo los salvará. Sus palabras no convencen.  Con pancartas y gritos piden a  las autoridades  que desalojen el sitio para que la paz y la convivencia vuelvan.   Cayeron en oídos sordos. A muchos se les fue la mano y hubo violencia y algunos heridos, que llegando a oídos del alcalde, él mismo se apersonó en el lugar y pidió entrar a la casa sin número de Veracruz a Casilla.  Todos guardaron el orden esperando que el  alcalde saliera y les diera noticias, pero se demora mucho y la paciencia se está convirtiendo en impaciencia. A la final y como siempre la protesta quedo   en nada, la puta Lourdes y el jefe civil son amantes.

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