Nos torturamos por malos hábitos para con nosotros mismos y no hay razón que justifique tal hecho, es la condición humana la que otorga a nuestra conciencia el poder de castigarnos, y no siempre debemos dejarla actuar como tal. Disfrutemos de nuestros errores mientras aprendamos de ellos, hacer las cosas bien no es una obligación, sino un derecho adquirido, pues lo que es malo para ti puede ser mi paraíso.…
No es el camino recto el placentero, sino el que desafía la orientación en tu recorrido, para ello se nos concedió el instinto que nos guía hacia un destino común; sólo déjate llevar renovando vicios sin dejar mermada tu capacidad.
Cae al infierno si es necesario y busca allí la solución, quema las excusas concebidas con las que te saboteas; el mundo no está en tu contra, es tan sólo tu actitud. No decaigas si flaqueas, sólo pídeme las fuerzas que vas a necesitar, yo caminaré contigo por si he de recordarte tus deseos al caer y tus anhelos al andar.