Quisiera sugerirle al viento que una vez más me devuelva tu aroma,
rogarle a la mañana que por favor despiertes conmigo,
brindarte un pedazo de luna bajo tus ojos somnolientos,
la eterna espera de ser correspondida es mi castigo.
Y dime tu, pues yo ya estoy hecha un lío,
me gustaría acariciarte la sonrisa con un beso,
y abrazar todas las noches tus temores escondidos,
dame una razón para irme y te aseguro que me quedaré contigo.
Fueron tantas las madrugadas en las que te entrometías en mis sueños, sin previo aviso, como si supieras que te quiero aquí conmigo, como si se alinearan nuestros pensamientos en un mismo tiempo y espacio… Que te quiero y aunque mil veces me repita lo contrario, me delata un simple pero desquiciado suspiro.