El viejo hombre volvió a colocarse las lentes y soltando su periódico refunfuñó:
-Hay que ver, vaya vida, nunca veo nada bueno….
La vida se compone de pequeños detalles y pequeñas delicias que solo has de encontrar mirando, están ahí ;siempre han estado y siempre lo estarán.
Una pequeña mariposilla se poso delicadamente sobre el periódico desenrollado en la mesa
-Vaya como en el viejo pueblo, me había olvidado ya de vosotras pequeñas, gracias por venir; antes de verte no estaba seguro de si quería seguir viviendo en esta residencia de ciudad.