Y al ver tu falta de vista,
yo aun quiero darte mi vida.
Aunque sea yo un ser indecoroso,
tu me haces sentir lo opuesto a eso.
Aun tú sin verme, sabes quien soy
al oír mi indiferente voz.
Siendo tú la que me contaba su vida,
sentía alegría en mis días.
Sabiendo yo que solo distinguías por voz,
no pude enmendar mi error.
Ya que tú sin darte cuenta, te dejaste burlar
por alguien con mi mismo hablar.