Postrado en las garras de vesania,
Se encuentra mi miserable corazón,
La noche me penetra en esencia;
De mi triste desolación.
Los copos de nieve cubren lo que una vez tuvo vida,
Tan utópico fueron aquellos latidos de felicidad,
Congelando todo aquel sentimiento de libertad,
El momento ideal para cortar el hielo de la piel sangrada.
Tan hermoso fue el momento de partir,
Tan majo fue el instante de inhibir;
Todas esas sonrisas sin espíritu de amor.
Mi corazón es tan frío y duro como el hielo,
Mis sentimientos se convierten en anhelo;
Para contemplar cuando el corazón se derrite;
En este oscuro calabozo congelado.