Archivo de la categoría: Cuentos

Dafne, Una Vida De Colores

Capítulo 1 “El primer amor”

 

Dafne es una chica de preparatoria que añora poder entrar a la universidad para estudiar artes visuales y, aunque apenas tiene 16, es toda una señorita independiente y emprendedora, ya que nunca le ha gustado que sus padres le den todo, no sin antes habérselo ganado; es por eso, que todos los días después del colegio acude a la cafetería de Mary, dónde trabaja como mesera y poder pagar así sus estudios, sus pasatiempos y sus gustitos y al final del día, tan sólo llega a su casa para realizar los deberes escolares y dormir un poco, no sin antes escuchar un poco de música, que es como un ritual de relajación personal, su género favorito es el pop, pues es lo suficientemente tranquilo como para relajar a D. mientras la música suena, ella piensa en sus mayores pasiones, la vida, el amor, tanto el de pareja como el amor a la vida misma, el amor a los que la rodean y lo afortunada que es por tener la vida que tiene; de repente, se deja de escuchar la música, y D, ya se encuentra descansando, pues mañana es sábado y por mucho su día favorito, así que lo tiene que disfrutar al máximo.

Casi siempre, los sábados por las mañanas, Dafne los dedica a fomentar su creatividad y a plasmarla en bellas esculturas, las cuales son generalmente de barro o cerámica y sólo algunas veces llega a trabajar el mármol. Ésta, es la parte favorita de su vida, el objetivo por el cual trabaja incansablemente de lunes a viernes desde que tiene memoria, las artes visuales. Ya son las 7 am y su despertador suena con un típico ring ring, al escucharlo, D realiza una serie de estiramientos extraños entre las sabanas al tiempo que deja escapar un pequeño quejido como deseando 5 minutos más, pero ella sabe que eso no es posible, así que se pone de pie y se acerca al armario para apagar su despertador.

Una vez de pie, como ritual, extiende sus sábanas, se lava la cara y los dientes y baja dirigiéndose a la cocina para desayunar algo, sus padres, que ya la esperan en la cocina, se alegran de poder hacerlo con su hermosa hija, pues es de los pocos momentos donde pueden compartir, platicar y reírse de sus anécdotas, al terminar el desayuno, con un delicioso abrazo y un “te quiero”, se separan, para cada uno disponer de su tiempo libre en sus pasatiempos favoritos.

“Listo, es hora de trabajar, tengo un poco de mármol, otro tanto de cerámica y bastante barro, además acabo de comprar más pinturas; en pocas palabras, tengo todo listo para pasar una hermosa mañana” va pensando Dafne mientras se dirige a su estudio, una vez en su estudio, como forma de darse más ánimos, se dice a sí misma –perfecto, ahora puedo comenzar a trabajar, creo que hoy haré un jarrón tribal tal como el que soñé anoche; tengo solamente 4 horas para poder terminarlo así que… ¡manos a la obra!

Y es a partir de ese momento, que Dafne se enfoca, se concentra, está en su momento y lo disfruta, cada segundo, conforme sus manos dan forma al barro la hacen sentir dichosa, todo es perfecto, pierde la noción del tiempo, no logra pensar en otra cosa, su mente está concentrada en el barro y no hay nada más importante en ése momento, a lo lejos, y sólo a lo lejos, es capaz de apenas escuchar la música de fondo, la escucha pero no logra distinguirla, pues sólo es música y ni siquiera eso le hace perder la concentración; apenas se detiene para beber agua y continuar con su jarrón, el reloj avanza, las nueve, las diez, las once y ya casi está listo para empezar a decorarlo, pero D decide que lo mejor es dejarlo secar completamente para no estropearlo, pues es el jarrón más hermoso que ha creado en su corta vida, se siente orgullosa y muy satisfecha, en ese momento mira al reloj, casi son las 12, se quita el delantal, apaga la música y sale de su estudio directo a tomar una ducha, pues quedo de verse con Mat a la 1:00 de la tarde para realizar los deberes de fin de semestre, son muchos los proyectos que tienen que entregar el lunes, así que no tienen tiempo que perder.

 

Dafne ahora está lista para estudiar con Mat, su mejor amigo de toda la vida, han asistido a la misma escuela desde que tienen memoria y en verdad son grandes amigos, D se asoma por la ventana de su habitación y se da cuenta de que Mat ha llegado, tan puntual como siempre, en el auto de su padre, pues deben ir al estudio de éste para terminar los deberes, justo como Mat suele decir. En ese instante, D con ánimos de despedirse les grita a sus padres –¡Ya es la una, Mat está afuera, mamá, papá, los veo en la noche, los quiero! Y sus padres, en coordinación total y con algo de sorpresa, tan solo le alcanzan un “¡cuídate cariño!”.

Dafne sale corriendo de su casa y en tan sólo un momento ya está dentro del carro con M.

–¡Hola Maty!

–Hola Daf, espero estés lista para trabajar, hay muchas cosas pendientes.  Le responde Mat un poco estresado.

–¡Claro! Oye… ¿crees que logremos terminar todo hoy antes de las 10?

–Si nos apuramos, tal vez incluso antes, como a las 9… ¿por qué, tienes algún compromiso hoy?

–Bueno… no es como tal un compromiso, es que esta noche quede de verme con alguien.

–¿Es todo, no piensas contarme? Le contestó Mat en aras de un reclamo.

Dafne tan sólo soltó un suspiro y se cruzó de brazos.

–Te contaré todo, como siempre, pero después de mi cita, y ¡por favor deja de estar de chismoso! Sólo… terminemos con las tareas.

En ese instante tan incómodo, Mat arrancó el carro, llegando al estudio en escasos 25 minutos de total y absoluto silencio, y eso era algo que nunca sucedía entre ellos. Una vez instalados, sacan sus libros, sus apuntes, ordenadores y empieza la cuenta regresiva, abundan las ideas, corrigen lo que está mal, agregan nuevas ideas, quitan, agregan, quitan, agregan, de fondo se escucha algo de rock alternativo, adecuado para la ocasión, pero Mat y Dafne apenas ponen atención a la música, simplemente disfrutan del ritmo y del ambiente mientras avanzan en sus proyectos, uno a uno, física, química, cálculo, después biología, luego filosofía y el tiempo sigue corriendo, apenas se detienen para comer un bocadillo y beber algo de jugo y continúan con los deberes.

 

Mat y Dafne son muy unidos, pues son de los pocos adolescentes que además de compaginar muy bien su trabajo en equipo, son muy buenos amigos y muy pocas veces discuten o tienen desacuerdos, es por esto que para ambos es muy sencillo trabajar en los deberes y a la vez ser confidentes de experiencias personales el uno del otro, se respetan mucho, se admiran y también se aman, en secreto, claro, pues hasta ahora, ninguno de los dos ha tenido el valor de confesar sus sentimientos, abrir su corazón y aceptar que son lo más importante que pueden tener.

 

–¡Listo! Son exactamente diez para las nueve y terminamos tal como querías Daf.

–Así es Mat, muchas gracias por apurarte hoy conmigo, te quiero… eres un gran amigo Mat…

–y tú serás una gran amiga cuando me cuentes todo lo relacionado a esa cita tan misteriosa que tienes…

–¡Claro, claro! Nos vemos el lunes Maty… cuídate mucho…

 

Dafne se despidió de Mat de una forma bastante cruda, y aunque Mat logró notar la tristeza que albergaba el delicado rostro de su mejor amiga, prefirió seguir siendo su mejor amigo en lugar de ir corriendo tras ella y abrazarla hasta que olvidara lo triste que estaba en ése instante.

Dafne, para poder perderse de la vista de Mat, se echa a correr hasta que logra perderlo de vista, y sólo así, aligera el paso, se siente rara, despistada, quiere llorar y reír al mismo tiempo, pero no puede, se niega a aceptar que lo que sentía por Mat había cambiado, sólo que no sabe cómo ni cuándo pasó, no lo entiende, pero… el punto es que ya se ha enamorado de Maty… y tiene tanto miedo  de que él no sienta lo mismo que ella, tiene miedo de que todo termine, de arruinarlo, pues si eso sucediese, ella ya no tendría con quien hablar, con quien reír y sobre todo, con quien ser feliz.

Dafne tiene pánico, es por eso que eligió ir a aquel restaurante situado en la colina, en la parte más alta de la ciudad, donde el miércoles por la noche hizo una reservación, así es, Dafne va a su cita…

Anhelando poder olvidar que se ha enamorado de su mejor amigo, esperando lograr enamorarse ésta noche de su acompañante, deseando que lo que suceda esta noche la haga olvidarse de éste trago amargo y triste de su vida.

Por fin, llega al restaurante, se acerca a la recepción y pide su reservación, es llevada a la terraza del lugar, dónde se supone estará aquel chico misterioso que la hará olvidar su triste sentimiento, sube unas escaleras, atraviesa una puerta de cristal y la recepcionista le muestra su mesa, Dafne se acerca, se sienta y le dice al mesero que lo único que ordenará es una rebanada de pastel Selva Negra y un chocolate caliente, tanto el mesero como la recepcionista se alejan dejando a D sola. Dafne observa el paisaje, y nada, sólo las luces a lo lejos de la ciudad, las luces del lugar, música suave, ella y… nadie más, no hay cita, nunca hubo cita, sólo fue un mal pretexto que utilizó para estar sola; sin más, se levanta de su silla y se acerca a las escaleras que descienden por un risco, se sienta en las escaleras y empieza a comer su pastel y a beber su chocolate; solloza, pues se siente desalmada, triste, indefensa, observa la belleza del lugar pero no logra sentirse mejor, sigue comiendo mientras se pierde en sus pensamientos y ni siquiera se da cuenta de que alguien más ha entrado a la terraza; se acercan los pasos lenta y sigilosamente, se detienen a escasos dos metros de donde está Dafne, alguien la observa, sin decir nada, la ve perdida, triste, hasta que decide hablarle.

–¿Puedo acompañarte?

Dafne al escuchar aquella voz, se queda sin aliento, voltea sorprendida al ver que Mat está justo detrás de ella.

–¡Mat! Pero… ¿Qué haces aquí?

–Es sólo que me di cuenta de que te encontrabas rara y…no quise dejarte, así que te seguí puesto que me rechazaste, no me quedo de otra…

Dafne no logra definir sus sentimientos, sólo intenta disculparse, pero no es eso lo que Mat quiere.

–Lo siento Maty, es que yo…

–Lo sé Daf… porque yo… me siento exactamente igual…

En ese instante Mat se acerca, se sienta a su lado, la observa por un instante y luego la abraza, y ambos observan el hermoso paisaje de ciudad de diez de la noche, pero están tan lejos que apenas y se escucha el ruido de los coches, y es cuando el silencio entre ellos se rompe.

–¿Lo intentamos?

Le pregunta Mat a D esperando ansioso un sí de su parte.

–Tengo miedo Mat… y ¿si no funciona?

–Podemos hacer que funcione…

–¿Cómo?

–Como hemos hecho todo este tiempo D, queriéndonos, respetándonos y aceptándonos como somos y con nuestros sentimientos… pero siempre juntos.

En ese instante, Dafne y Matías se tomaron de la mano, sonriendo entre si y dándose un tierno beso sellaron el inicio de una etapa hermosa en sus vidas, su primer amor; se quedaron allí por un largo rato observando y agradeciendo lo maravillosa que era la vida con ellos.

Si te gustó, ¡compártelo!

La Leyenda De La Piedra Maldita

La leyenda de la piedra maldita: empieza hace mucho tiempo en un reyno donde todo era alegria y felicidad por lo cucal habia un hechicero de otro reyno que le tenia envidia.
Por lo cual este hechicero ideo un plan malvado hagarro una piedra hermosa y dijo este conjuro «todo haquel humano toque esta piedra caera en un tremendo sueño profundo» despues hagarro una espada y la clavo en la piedra y continuo diciendo «este conjuro solo se podra romper si un hombre llega a sacar esta espada de la piedra» entonces el hechicero llevo esta piedra y rompio un pedaso de la piedra y lo devidio en varios pedasos y le dejo esparcido en el reyno que odiaba y la otra piedra con la espada lo escondio en una cueva cuestionada por un dragon que lanzava fuego.
Y el brujo escribio en un libro lo que hiso y le dejo votado en el reyno que odiaba.
Pasaron varios dias y un hombre encontro el libro y le dio al rey para que se entere lo sucedido.
Entonces dijo alas personas del reyno que tengam cuidado en tocar piedras raras.
Pero apesar de que se enteraron de lo sucedido empeso aparecer en el reyno muchos hombres que parecian muertos.
El reyno de ser el mas feliz paso a ser el mas triste y empesaron decaer.
El rey formo un grupo de soldados y mando a buscar por todo el reyno la piedra con la espada encrustada.
Los soldados buscaron y buscaron por muchos meses y no tenian exito.
Pasaron años y los soldados no aparecieron por lo tanto el rey mando a llamar a todos los del reyno y dijo estas palabras » todo aquel hombre o niño que la piedra y rompa el echiso sera el nuevo rey ya que no tengo ni un hijo».
Y haci empieza la leyenda de la piedra maldita.

Todas las personas del reyno formaron grupos y saliaron a buscar la piedra y poder romper el hechiso.

Buscaron por todo el reyno  sin descansar muchos por el camino encontraron las piedras que esparció el hechicero y quedaron dormidos.

Todos estaban canzado de buscar algunos se rindieron y otros seguían buscando la piedra maldita.

paso el tiempo y rey llega a tener su primogénito  y le pone de nombre david.

Pero el rey tiene miedo que su hijo sufra el mismo destino que su soldados y gentes del reyno; por eso decide tener encerrado al príncipe David  en el palacio.

Y así crece el príncipe encerrado en el palacio y sin saber el motivo por que no le dejan salir afuera hasta que un día le escucha a un soldado hablar sobre lo que esta pasando el reyno .

El príncipe cuando cumple sus 20 años le pide permiso para que balla a buscar la piedra y sacar la espada para romper tal hechiso pero el rey no le aceptó el pedido de su hijo .

Un día el príncipe David ideo un plan para escapar del palacio con la ayuda de unos soldados. Asta que llego escapar del palacio vestido de soldado y se llevo una espada , un escudo y unos cuantos soldados más .

El príncipe pensó y dijo a los soldados por que no buscamos en el reyno que vivía el hechicero  que lanzo el hechizo  y así fue que empezaron a buscar en todo el reyno  sin tener éxito durante varios años .

El rey ya estaba perdiendo las esperanzas de ver de nuevo a su hijo pero seguía buscando lo apresar de los años .

El principe ya cansado de buscar decide regresar donde su padre pero en el regreso encuentra una cueva y decide entrar en ella y  caminando por  dentro encuentran muchos esqueletos y al dragón muerto . siguieron caminado y encontraron la piedra con la espada.

Cuando el príncipe esta para sacar la espada un soldado lo ataca y hací empieza una pelea a muerte entre todo los precentes para sacar la espada .  la lucha duro varios minutos hasta que solo quedaron dos el príncipe y un soldado. Por lo cual  el soldado le engaño al príncipe haciendo lo creer que estaba a su lado.

El príncipe saca la espada de la piedra y toda las personas que estabam en un sueño profundo se levantaron ,pero el soldado que quedo le ataco por la espalda al príncipe dejando lo herido y se fue donde el rey y le dijo que el haba rompido el hechizo y le enseño la piedra y la espada.

 

Si te gustó, ¡compártelo!

Ave Útero

Dios te salve útero

lleno eres de poder.

Aquí y ahora estoy contigo.

 

Bendito tú eres,

refugio de hombres y mujeres,

fruto bendito del multiverso.

 

Santo útero,

matriz de preciosidades,

mil perdones te ruego,

por las  irreverencias ofrendadas,

ayer, hoy y el ahora que asoma.

Amén.

 

Roxana Hoces Montes

 

 

Si te gustó, ¡compártelo!

Paradigmas

Mi primera infancia fue la etapa más dura para los tres: la excesiva atención que exigía a mis padres era superada por mi naciente curiosidad.

Una de las fatigosas cuestiones tuvo lugar cuando pregunté qué son las nubes. Mi madre formuló ágilmente una respuesta, pero enseguida debió reemplazarla: yo no podía concebir la idea de vapor.

Más precaria fue la enseñanza cuando, interrogada acerca del sol, mamá no supo hablarme del fuego, y se limitó, no sin pesar, a decirme que el astro era como una bola gigante de agua caliente, que flota muy alto, en el cielo.

Cierto día le pregunté a mi padre qué eran los colores. Impotente y compadecido a la vez, primero trató de hacerme comprender que no podía explicármelos, y luego, sintiéndose miserable, me enseñó que son siete, sus nombres, que sumados resultan en blanco y que su ausencia da lugar a lo negro, lo único que lamentablemente yo podía…

En la segunda infancia aprendí a dibujar: conocí el cuadrado y el círculo con un dado y una moneda.

Escuchando música clásica lograba rememorar con nitidez los recuerdos más olvidados. Una tarde fue Mozart y la voz de papá hablándome de los colores (meses antes había comenzado a empecinarme, contra toda lógica, en revertir mi situación. Conciente de mi carencia, mi meta consistió en imaginar). Su voz regresaba para recordarme que lo único que podía y podría ver era lo negro, la oscuridad, y por primera vez pensé en lo contrario: ¿por qué no podía estar cegado por lo blanco, la luz? La respuesta no importaba. Enseguida la olvidé para acercarme a otros puntos, donde los recuerdos —las voces— se encontraban flotando, desarticulados, y comencé a darles la forma que les correspondía, entonces los colores eran siete, y juntos daban el blanco, y ¿cómo será el blanco, y cada uno de ellos?, porque me habían confesado que el pasto era verde, la madera, marrón como la tierra, rojo el fuego, el fuego, ese elemento que tanto había ansiado conocer y que sabiendo —creyendo— que era peligroso, permití que me quemara, ¿y el agua, que me habían dicho que no tenía color pero que tampoco era negra? (El tiempo me obligó a aceptar la idea de transparente.)

Lo único que realmente me importaba era abrigar eso, que apenas intuía, cuando escuchaba a los demás hablar de las cosas, y de sus colores, y si eran de éste u otro tono, mientras yo no alcanzaba a comprender que entre los colores hubiera todavía lugar para los tonos. Entonces la música me acercó —a— otro de los Recuerdos: mis padres enseñándome a dibujar, ayudado por los Moldes, el dado que pertenecía al juego de mesa que nunca pude jugar, y la moneda, ese metal que habrá perdido su bajo relieve de mano en mano, o que estará conservándose bajo el poder de algún numismático, objetos que para mí —para mi tacto— ya no existen, pero que seguirán simbolizándome al cuadrado y al círculo, y pensé, que de imaginar siquiera una línea, una tenue línea que rompiera la sombra de mi monotonía mental, una línea del color que fuere, hubiese sabido imaginar los primeros cuadrados y los primeros círculos, para después seguir con las demás formas geométricas, y entonces, sólo así, dar el paso preciso para poder abstraer, al menos en dos dimensiones, todo lo que se sometiera a mi tacto, siempre que no fuesen cosas volátiles ni líquidas, y así ver mi único hogar, con sus peligrosas y agradables geometrías, la guitarra, mi rostro, los rostros de mis

padres, su rostro: tomar fotografías con las manos y revelarlas en el cuarto oscuro de mi mente.

La esperanza no me abandonó. Me abandonó el Tiempo, y con él la Sombra, y yo, adivinando lo que acontecía, asistí extático a todo lo que fuera y dentro de mí aún se cierne.

Si te gustó, ¡compártelo!

El Reyno Que Murio

Este era un reyno muy lejano donde avia una princesa que era vien hermosa y feliz , tambien su reyno era el mas hermoso a diferencia de otro reynos.
Pero se asercaba la fiesta de este reyno donde y va haver comida ,fiestas,juegos entre otros.
El rey mando areglar todo para la fiesta y despues de terminar el preparativo empeso la fiesta.
En la cena paso algo inesperado en el el plato de la reyna havia una mosca y ella al verla muere de un infarto.
Entonces la princesa le dijo al rey que de un decreto donde no dejen que hay ga ni una sola mosca en el reyno y el rey aprobo ese decreto.
Un tiempo despues de la muerte de la reyna y del cumplimiento del decreto el reyno fue decaendose poco a poco y las vasuras ya no se descomponia .
Tiempo despues en la voda de la princesa en la ceremonia aparecio un enjambre de abejas y pico al comprometido y murio.

Entonces en esta oportunidad también la princesa pidió un decreto donde ni una sola abeja tenia que haber en el reyno .

Porlotanto el reyno empeoro y dejaron de crecer las flores ,  y fue muy tarde cuado la princesa se dio cuenta que estuvo muy mal lo que hiso por que era importante la ixistencia de cada ser vivo .

La princesa murió y su reyno con ella se extinguió .

Autor:David misaico cantoral

 

 

Si te gustó, ¡compártelo!