Fuerte azota el viento por los costados del barco de mi vida, bravo el mar ruge y golpea sin piedad, se desprender de mi partes, con dolor las veo echadas al mar, me resisto y no resigno, yo no quiero naufragar.
Ese fuerte oleaje me quiere hacer so sobrar, me aferro al mástil de mi barco y de allí no me quiero separar, casi no queda timón con el cual pueda navegar pero yo no dejo de luchar.
Puerto seguro muy pronto he de encontrar por eso yo no puedo claudicar, cuando yo me hice a la mar me propuse en llegar y aunque aún no vea nada se que ese puerto allá está.
Se oscurece y en la lluvia el temor me aborda pero yo valiente en mi rumbo lo he de enfrentar, sin dudarlo un instante no me negaré a continuar.
Las tormentas de la vida pueden arreciar, sin aviso sin señales sobre mí caerán, pero con mi rumbo fijo se que llegaré hasta el final.
Erase una vez una pequeña que imagino ser una princesa y encontrar el amor…
Ella creía que su cuento de hadas se había hecho realidad; más su realidad era muy diferente… porque ella no era una princesa, más bien era una pequeña y triste muñequita de porcelana…
A quien consideraba su príncipe era mas un terrible Dragón que destrozaba todo aquello que tocaba…
Y lo que creía ser su cuento de amor más bien era un cruel espejismo… un juego creado por el Dragón para satisfacer su ego…
Al ser ella tan frágil quedó hecha añicos y al final fue deshechada por aquel Dragón…
Ella pensó que su vida se apagaba y que no quedaba nada bueno que pudiera merecer, su corazón se rompió en pequeños trozos mas seguían latiendo tímidamente dentro de su pecho. Temerosa de su suerte se volvió desconfiada, insegura y siempre a la defensiva; porque sabía que un nuevo desencanto apagaria los latidos de su corazón…
Tiempo después llegó a su vida un Caballero de Blanca Armadura que con mucha paciencia, ternura y amor fue uniendo cada pequeño trozo de su corazón. Día a día iba aliviando su tristeza y llenando su ser de alegría y de luz…
Llegó el día en que la pequeña se dio cuenta de que amaba con todo su ser al Caballero y que él la había amado desde la primera vez que la vio. Desafortunadamente el miedo no desaparecía y su inseguridad asomaba de vez en cuando en su corazón.
Lo que el Caballero no comprendía es que aún cuando había curado todas las heridas y sellado hasta la más ínfima grieta del corazón de la pequeña las cicatrices permanecían aunque no fueran visibles a la vista. Y aún cuando la pequeña parecía restablecida de toda pena y dolor que hubiera sufrido, su ser necesitaba muchísimo más cuidado que cualquier otro ser. Porque aun cuando sabe que el Caballero la ama de verdad, su roto corazón se volvió desconfiado y requiere cuidados constantes, caricias, besos e infinitas palabras y muestras de amor que tranquilice a su receloso corazón…
Si realmente la vas a amar debes cuidarla muchísimo más….
O dime…
¿Crees que tan sólo basta el amor para estar juntos?…
Tu Mirada es como un ángel cubierto de alas blancas
que se estremecen por mi alma.
La luz blanca cuando naciste fue el milagro más inmenso que
hizo la vida misma.
Al salir de mi casa siendo madrugada,
de seguro no te esperabas que alguien te llamara,
en medio del silencio todo el mundo clama,
Si sigues aquí a dentro, dentro de mi alma,
es esto que no sale de mis labios,
esa inmensa voz que no encuentra salida,
se arma un nudo atado sin medidas,
sin medida y en silencio solo exclamo,
mientras a mi lado te imagino caminando.
Cuantas lágrimas hacen falta para empezar una hoguera?
Cuantos océanos tormentosos cruzaremos en nuestro fiel barco,
que marchito y desquebrajado llega al puerto.
Cuantas veces vomitaremos nuestro dolor en baños de lujuria y deseo?
En noches que llegamos a rozar el éxtasis,
que sólo se encuentra en el amor verdadero
Tan cansados estamos de saber que día tras día tropezamos con la misma piedra
La piedra que luego cargamos en la interminable cuesta que se nos presenta como la vida
Llena de dolores, llena de temores, llena de rencores y de resentimientos.
Llega un momento en el que decidimos revisar el equipaje, mirar que es lo que no necesitamos, qué cosas podemos dejar atrás para perder peso.
Desenredar los nudos que ataban tu estómago, tus pies, tus manos y tu cabeza.
Pararse un momento y reflexionar.
Cómo desato yo todo esto?
Y nudo tras nudo, pacientemente, con el amor con el que un artesano elabora sus productos, o un cocinero la comida para su familia, reducimos el peso que fuimos cogiendo por el camino
Todos somos libres de elegir nuestras ataduras, pero debes saber que estarás atado, y cuando dejes de estarlo ya no existirá la cuesta, ya no habrá peso, ya no habrá barreras que te separen del resto, que te hagan mirar dentro de ti con miedo e inseguridad. Ya no habrá dolor. ¿ Que hay más bonito en la vida que amar a los demás? ¿Que hacerles saber cuanto les quieres? ¿Que confiar en ellos y darles tu afecto? ¿Que no temer, no temer ni a la muerte, por haber conseguido llegar al fin último de cada individuo. Amarse a si mismo.
W.D
Me gusta esto:
Me gustaCargando...
Si te gustó, ¡compártelo!
Alguien escribió lo que querés leer y está acá. Animate a escribir vos también.
Debe estar conectado para enviar un comentario.