Me gustaría vivir en una inmensa casa donde mi soledad pueda estar, con ventanas pequeñas pero no tan pequeñas para que mis ojos permitan ver lo cruel que es la realidad. Una casa con un pequeño jardín, lleno de flores, para que el aroma repare mis pequeños hoyos de cueva.

Mi otro sueño es ser libre, libre de la vida y de la muerte; quiero escribir en invierno y en primavera, hacer que mis palabras germinen en ese pequeño vacío que me destruye poco a poco.

Y antes de que la muerte me duerma y me lleve lejos, quiero ser valiente.

Si tan pudiera saber quién realmente soy, quiero definirme en una sola cosa, una ecuación matemática. Me desconozco, soy melodía, soy primavera, soy tristeza…

Estoy compuesta por infinitas cosas, reglas y de vidas. Realmente siento que solo soy una persona que esta vacía y que escribe para que pueda florecer mi vacío pozo.

Somos una tierra cuyo mayor tesoro es su gente, nuestra tierra está en el borde de imperios en guerra. Una tierra fragmentada en garras y abrazada por la mirada ardiente del Sol y por la mirada fría de la Luna.

Se acerca la primavera pero yo sigo en otoño, cuando te conocí, te sentí y me enamoré. Era otoño pero se transformó en primavera, que en ved de hundir hojas, germinan cerezos; que en ved de estar abrazada por la mirada fría de las nubes, estoy abrazada por ti. Oh primavera, oh otoño, estoy rodeada de recuerdos tuyos y no puedo deshacerme de ellos. Oh primavera devuélveme a otoño, devuélveme hacia él.