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El Sillón Naranja Y La Ventana – UnPoetaAlRevez

¿Cómo se comienza a contar una historia para justificar el porqué de una venganza?

-No lo sé…

-Bueno, empezare por el inicio, ¿no? creo que es lógico.

Me encuentro sentado en mi sillón naranja, resulta que todos los domingo tenía por costumbre quedarme tumbado todo el día en mi sofá; supongo que si me afectaba lo que sucedía en el mundo, pero al ver que no podía hacer nada solo me lanzaba a dejar pasar los minutos… en fin; sucede que los últimos domingos de cada mes escuchaba siempre a la misma hora, 2:00 pm, la misma pelea entre mi vecina y otro señor que nunca supe quién era, esta consistía en hablarse suave al principio, oír unas cuantas suplicas de mi vecina, luego escuchar como subía la intensidad de la conversación y terminar siempre con un aventón de la puerta de parte del amante de mi vecina, el cual vivía con ella, y el sonido de unas llantas marcharse de tal lugar…

-¿Quieres decir que escuchaste lo mismo durante meses y no hacías nada?

-¿Que iba a hacer yo? el caso es que estaba relacionado con algo de la renta o de los impuestos o con una de esas miserias que nos roban…

Bueno no me enrollo; resulta que un día en particular, el viernes precisamente, me encontraba yo realizando una de mis reseñas de un libro que leí; ya estaba en las últimas horas del atardecer y de repente oí algo incómodo… Debo señalarte que en el vecindario en el que vivía jamás había un sonido en toda la calle, realmente era muy raro, por eso cada vez que sonaba algo se me hacía muy extraño y peculiar…

¿En qué iba?

-Sonidos incomodos.

-Correcto, resulta que desde ese momento fue que me empezó a parecer que algo extraño iba a suceder, me asome por la ventana que daba a la calle y vi a mi vecina entrando a su casa con una especie de plástico negro, unas bolsas, grandes a mi parecer, pero no le di importancia y continúe en lo mío, como siempre lo hago.

Esto sucedió el día viernes, al día siguiente, en horas de la tarde, llego una camioneta con unos contenedores de platico, tres para ser exactos, uno azul, uno gris y uno verde; al principio no entendí la razón, luego al asomarme por la ventana por segunda vez en la semana, lo cual es muy raro, me percate que la vecina le entrego unas hojas al caballero que coloco estos contenderos en la calle, fue ahí donde recordé que esta empresa de canecas había pedido al vecindario una recolecta de firmas para colocar estos contenderos y hacer más fácil la recogida de la basura, supuse que fue mi vecina quien se encargó de recolectar dichas firmas.

-Ok, pero aun no entiendo porque estas acá, ve al grano.

-Vale, resulta que llego el día domingo con su monotonía, bueno eso creí yo, me encuentro sentado en mi sofá, y de repente llega el señor a debatir con mi vecina, como de costumbre, pero esta vez este caballero entro a la casa, esto lo supe porque oí como se disminuía el sonido de las voces y como se cerraba la puerta, en ese momento me pareció muy extraño pero no me levante solo seguí en mi sofá naranja.

Al cabo de unas horas escucho la puerta abrirse y veo por la ventana salir a este caballero, el sin mencionar una sola palabra, se sube al coche y se va. Se me hizo muy peculiar, pero bueno, solo me acosté ya que era tarde.

A primera hora de la mañana, la vecina de enfrente sacó una gran bolsa de basura de casa y la arrastró hasta el contenedor verde que había en la calle. Yo ya me había despertado y vi todo esto por la ventana, fue muy raro ver esta escena ya que mi vecina no actuaba como de costumbre, y yo era un hombre de vivir entre muchas costumbres…

-Pero bueno aun no entiendo como llegaste aquí…

-Lo que pasa a continuación es él porque… Mira, yo salí de mi casa y me acerque para ver que había en esta bolsa, ese día en especial se me hizo totalmente caótico y nada común, me acerque un poco dudoso y abrí la bolsa, lo que vi me lleno de espanto, resulta que encontré en aquella bolsa al caballero que ya te había mencionado antes, el que discutía con mi vecina, ahí entendí todo…

Creo que puedes unir tú mismo los cabos, ¿no? Pues todo cobro sentido en solo unos segundos, todo lo planeo mi vecina, las bolsas, el contendedor, el dejar entrar a casa al caballero, que el personaje que saliera fuera el amante de mi vecina disfrazado de la ropa del señor que ahora hallaba en la bolsa… Fue entender todo esto y agarrar inmediatamente el celular para llamar a la policía.

-¿Pero si fue así por qué llegaste acá?

-si… resulta que estoy con el celular en mi mano, estoy a punto de oprimir el botón verde para llamar, y siento un fuerte dolor en la parte de atrás de mi cabeza, ¡había recibido un fuerte golpe de mi vecina! Me gire y la mire, un poco desconcertado del porque hacia esto, pero sus ojos me dijeron todo aunque no lo creas, vi la preocupación de que mi vecina se iba a quedar sin casa, abrí la boca para decirle algo e inmediatamente sin titubear levanto sus brazos y agrestemente los bajo golpeando mi cabeza con un tubo… a partir de ahí solo veo negro, y acá estoy frente a ti con deseos de venganza.

-¿Y sabes quién soy yo?

Soy el diablo. Pero… con mucho gusto te daré venganza.

FIN

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En Ti

En ti encontré,                                             En tus abrazos contención                                        En tus palabras consuelo                                   En tu sonrisa alegría                                       En tus caricias sosiego                                     En tu compañía amistad                                     En tu amistad sinceridad                                   En tu esperanza aliento                                     En tus sueños una meta                                     En tus besos pasión                                          En tu corazón amor.                                                                                                      Autor:D Oviedo
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Alegría

Alegría es bailar sin música                                                                                          Alegría es reír a carcajadas                                                                                        Alegría es jugar con los niños                                                                                      Alegría es cantar a los gritos                                                                                      Alegría es estar de buen humor                                                                                Alegría es brindar con los amigos                                                             Alegría es  reír sin motivos                                                                                Alegría es saludar a todos                                                                                              Alegría es alegrar a los demás                                                                              Pero alegría no es felicidad.                                                                                          Autor:D Oviedo
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Ardor Paralelo… (Dadaísta)

ARDOR PARALELO
((((Dadaísmo))))

Va entre los zapatos caminando con hambre
aquel sol de azúcar marina la escarcha rala
escucha el sanitario pasando de la puerta
al rodar el plato de la pared enamorado
por decirlo de alguna manera entendible
al cabello que aparta el reflejo del agua
goteando las sonrisas de prisa por el techo
donde el abanico dejó al calor pensativo.

Y ni que decir del patio que nada sabe,
ni explica de donde salió la montaña riendo
porque el árbol ya no quiere preguntarle.
Pues la sombra teme del ratón al queso verde
Ayunando al día siguiente con frío descalzo
Porque vende al último hielo tibio y triste,
nada más que tan caro, que ya no cenará
la mayor de las carpetas olvidadas al salir
con las notas de las frutas del tigre rosa
azulado por todos los rincones, corriendo
bajo la sal arrepentida del rojo que dejó.

Ardor… Bueno, no tanto, ni en la escalera
ha quedado la campana leyendo al destino
las cartas que la manzana ha secado lejos
de la cocina desempleando tenedores
por el escritorio que esconde en una caja
de los más raros, al estar barriendo rápido
con la sábana del mantel agrio del óleo,
de los amores recortados de la última novela
que llora al plátano con su leche de miel,
entre las piernas de la cama arrodillada,
en la decencia de los papeles del bote con
basura nueva y la claridad legal del huevo.

Paralelo, es quien recogía la pesada peluca
con la importancia capital de las provincias,
extendiendo sus alas sobre él, tan lejano entre
las profundas especulaciones, en el rango de
la lengua, con la catarata de los vocablos en
la cocina, fecundante de la fusión relegada
al culto funerario clandestino del círculo
con la divinidad abajo, evidentemente pobre
al entrar erecta la palabra por el cuello, y el
dolor en la cabeza del panteón primordial,
en el sarcófago tardío de la lujuria ligera, con
la fé de una leona salvaje vendiendo cuchillos
al pantano de los cocodrilos mentirosos, que
vendieron el placer de las tortugas purificado.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
(Del texto y la imagen)

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Hechuras…

HECHURAS…

Desgarrados suenan los sueños masacrados
de hambres infernales, los sanguíneos suelos
y los vientos turbios, ante todo la luna
se sumerge pantanosa; asfixiando la noche
a inermes indefensos, la cándida esperanza
de sus cabellos ligeros.

Estando danzando el silencio encampanado,
gris polución que respiran ángeles sedientos,
se cultiva la sangre derramada, hielo de noche;
todo el aire desciende en zafiedad vistosa.

Arriba plateadas soledades de la tarde y luna
por el campo abatido va el silencio apático torpe,
acompañando a los ausentes, los corazones deshechos,
y aturdidos mueren en las nubes las campanas
negras del olvido.

¡Equívoco triunfante! ¡Cementerios de luz!
Cosecha hoy el humo del alma un desengaño
lúcido, de futuros sepultados.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
(Del texto y la imagen)

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