Caminando por la vida tropezando y levantando
Nuevamente mi rodilla una y otra vez.
Con el alma entristecida, el corazón sangrado y adolorido
Mi pena no encuentra una salida y vago por el limbo de lo incierto
Buscando un alivio para este cuerpo.
Él es mío sabes por qué, porque está en mi vida, porque está en mi lecho…
Mía su sonrisa, mía su sonrisa, mía sus caricias
En sus brazos descansa su agotado pecho buscando ternura,
Buscando mí aprecio.
Él es mío, en la ausencia y en la distancia…
Mío hasta el final del tiempo ausente o presente.
Mire alrededor de un mundo transparente, solo observable frente a la única ventanilla que mi habitación tenia.
Nosotros veníamos desde ese lugar, alrededor del universo que creamos, aunque solos en un único mundo habitable, fascinados por el camino que tomamos, sinceramente tan deshonesto, fascinados por nuestras voces, aquel sonido contradictorio que echábamos tanto de menos.
En ocasiones pienso que por cada mes, y por cada segundo que vivimos, las palabras equivalen a cada cosa que gastamos, difícil seria que mi sarcasmo fuera prohibido; la única arma que me queda que al paso del tiempo fortalezco.
Aunque nadie mueva a esta Tierra, esta Tierra es incapaz de mover cualquier cosa, existente o no en el campo visual de mi propio ser.
CRÓNICA DEL 25 DE MAYO
PARA AQUELLOS QUE LO VIERON POR TV
El domingo me levanté tarde, el sol del veinticinco ya estaba alto. Prendí el televisor por costumbre, y comencé a darle al control remoto, también por costumbre. De pronto me llama la atención la figura inconfundible del Cabildo. En sus balcones unos tipos disfrazados de Pachanos, revolvían unas ollas. No recordaba ninguna imagen histórica similar, no reconocí a ninguno que tuviera un parecido con los patriotas. Al pie de la imagen el texto “Cocineros Argentinos preparando el locro del veinticinco”, me dio la respuesta. Cuando la cámara paneó hacia abajo entendí el metafórico mensaje. El pueblo hambriento, reclamando comida a los de arriba. Me pareció que las varias y grandes ollas, eran insuficientes para tanto hambre, Tampoco podía pretender una rigurosidad absoluta. Yo hubiera puesto gente caceroleando, con mordazas en la boca. Pero bueno, lo hubieran censurado me dije. Miré en qué canal estaba… No era TN, ni el 13, ni ninguno de los de los canales de la resistencia democrática, que ni se entertaron de la concentración. ¡ Oh, sorpresa !…Era el canal estatal, el que pagamos todos. ¿ Qué estaba pasando, habiamos derrocado la dictadura ?…La fecha era emblemática. Me enfervoricé, “Libertad, libertad, libertad…”. La emoción y la alegría me duraron poco. La cámara volvió sobre la Plaza cubierta con banderas, carteles con leyendas y las fotos de ellos. Sí, de ellos, los corruptos, los soberbios, que se reían de nuestros más puros entimiento e ideales, haciéndonos alentar falsas espectatívas. La realidad era otra, habían llevado como trescientos mil negros a la plaza, por un plato de locro.
¡ Qué pueblo sin conciencia !…
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