El Perro Volador

Había una vez un perro que soñaba con volar hacia los Estados Unidos. Sus amigos los animales se burlaban de él, ya que consideraban que nunca lo podría lograr. El perro todos los días estiraba las patitas y las movias pero no lograba volar. Los pajaritos se reían cada vez que el perro lo intentaba. Siempre el perro decía a viva voz, que algún día volaría. Un día compró un boleto de avión, y viajó en dirección a los Estados Unidos. El perro nunca voló de la forma que lo tenía planeado originalmente, pero utilizó otra estrategia para poder llegar al lugar que tenía soñado.

FIN

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Murió En Oleiros

La vida sigue, mamá,

igual que seguía antes:

viajes de ida y de vuelta,

regresos a tu humilde casa.

 

Pero no sigue la vida

como cuando en ella estabas.

Abro la casa sin ti,

cierro la puerta dejando

tu habitación desierta

y mis recuerdos llorándote.

 

No hay día en que no estés

presente en mi presesente.

 

No hay día en que no recuerde

tu yo diciéndome adiós

cuando yo no supe ver

en tu cara ese adiós.

 

No hay día en que no lamente

haberte llevado a Oleiros

donde llegó tu adiós

cuando yo estaba lejos

para imperdir el adiós

que me ha dejado huérfana

de ti a quien tanto quise,

de ti a quien tanto quiero.

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Murió En Oleiros

Te fallé, mamá, y lo sé.

Y no me perdono

no haber sido la hija

de tus sueños lejanos.

 

Te salí  siempre distinta

a lo que tus manos generosas

buscaban en mí.

 

Fui bohemia y canalla

Fui errática en mis pasos.

Fui brava cuando crecí.

Fui fría en mis abrazos.

 

No merezco haber sido

la hija que tanto amaste,

la que tenías presente

cuando el adiós te rozaba

por la palma de la mano,

tu niña como decías,

tu hija tan deseada.

 

No me perdono, mamá,

haber sido la más brava

al luchar por no perder

y perder al aflojarme

tu precioso yo en Oleiros

cuando la noche bramaba.

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Murió En Oleiros

No permitiré que quedes

sepultada en el adiós

que me sabe a olvido

sin que sepan que has sido

un huracán en mi vida.

 

Tú eras mi meta, madre,

para ti yo me vestía

y dejaba los pinceles

realzando un lienzo limpio.

 

Supe que tú lo eras todo

cuando tus manos murieron

sin abrazarse al las mías.

Tú no estabas a mi lado

y yo era la hija triste.

 

Ya no estabas en mis risas.

Ya no estabas en mi vida.

Ya no tenía tus besos.

Ya a ti no te tenía.

 

Sentí que me había muerto

en la que fui hasta el día

que me dijeron que tú

sin mí te habías ido.

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Algún Día. . . Que No Sé

Voy a encontrarte en el cielo,
algún día que no sé,
entre recuerdos y olvidos,
de un gran amor,
que no fue.

Tu traerás el pelo suelto,
yo mi mano extenderé,
no habrá caricias ni besos,
como tuvimos ayer.

Se habrá perdido el camino,
que pudimos recorrer,
cuando el amor no ha llegado,
de nada sirve querer.

Sin tu amor y sin tus besos,
que siempre quise tener,
voy a encontrarte en el cielo,
algún día. . . que no sé.

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