Los años avanzan con prontitud como si esperaran
Acabar para darle paso a sus compañeros.
Cuando presentí que tocarías la puerta de mi mundo
Honestamente engané a mi alma,dejándome llevar por
Instinto,en busca de señales que me
Condujeran a tus cálidos pies.A tus delicadas manos o a tu inconfundible y
Adorable timbre de voz.
Quién dijo que nunca podré disfrutar con gozo
Una vez de haberte visto,de tu singular belleza?
Existís y residís en alguna parte de dónde me muevo.
Entiendo que aún nadie pueda acercarte a mi corazón.
Sos y seguirás siendo el ser más atrayente e influyente
Pero que no tiene precedentes.
Antes de darme existir, no supiste que similitudes
Resaltarías en mí con relación a tus dones,tu
Intelecto, forma de obrar,de sentir o andar.
Entre choques generacionales que surgieron entre nosotros,
Lisa y llanamente eclosionaron disensos y consensos
Como causas posibles de ira imprevisible.
Los momentos que compartimos se almacenaron en mi
Actual y vigente memoria, reservorio de anécdotas.
Un día tuve que darme prisa para verte como materia inerte.
De un modo que no pude explicar por qué.
Indagar hacia qué destino escapaste es inútil.
Omití que en alguna circunstancia dejarías con
Grandilocuencia de dejar de decir presente
Una de las preguntas más frecuentes que te hacen las parejas es el ¿me quieres? ¿Cuánto? y yo me pregunto ¿cómo se mide el cariño? por quilos o que, bueno si tu pareja te pregunta cuánto le quieres dile que lo has pesado y que ya van doce mil kilos haber si así deja un poco la pregunta. Pero de esta pregunta nace una pequeña historia ya que a todos nos han hecho esta pregunta.
Se cuenta que hace un tiempo una mujer a las 3 de mañana, cuando su marido dormía profundamente, ella lo despertó y le pregunto amor ¿Tú me quieres? y el hombre medio dormido le contesto «claro amor» y el hombre volvió a dormir. Tras unos minutos la mujer de nuevo llama al hombre y le pregunta ¿amor tu me quiere? ¿Dime cuanto? El hombre tras ser conocedor de la inconformidad de su esposa, el hombre tras saber que si le decía que él le daría la vuelta Júpiter cuatro veces, ella le contestaría ¡tan poquito!, el sabiendo que si le decía que su amor era tan grande que podría viajar a conocer 7 galaxias y viajar a lo infinito, ella le contestaría ¡tan poquito! así que el hombre, tomo a su mujer de la mano y la llevo hasta la vetona del cuarto y le dijo que mirara hacia la calle y el de inmediato bajo a la calle y se paro en frente de la casa y le grito.