El Bufón De Los Malos Chistes (Parte I)

El bufón acababa de llegar a un pueblo, estaba muy cansado por al caminata que sufrieron sus pies, hinchado su letrero de madera, sudado y su tienda por poco la tiraba pues no podía con su propia alma. Llegó pidiendo agua a una cantina el cantinero muy amablemente lo corrió a palos, para el ya era normal, pues dijo; -me iré a la plaza a contar chistes, que es en lo que yo soy bueno.

Al llegar a la plaza puso su tienda, su letrero en en lo cual se lo colgó al cuello con un moño anaranjado que se había encontrado en el desierto y había supuesto de que era de algún viajero que se lo había dejado a propósito, y gritoó se venden chistes para el dolor del corazón, se regalan sonrisas para el artritis, se dan besos para el humor, hagan fila que yo podré con todos. Solo que nadie le respondía pues toda la gente se encontraba en su burbuja monótoma, pero algunos niños se acercaron pues se le hizo curioso, algunos también aceptarno por ir pues era menos aburrido que su soledad.

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Es Real

Me gustan tus ojos, que me derriten sin querer. Me gustan tus labios que suavizan mi piel.

Cuando te veo pienso que no es verdad, esto debe ser un cuento de hadas, porque

es muy bueno para ser verdad.

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Nuestras Cosas

Mis cosas y tus cosas son distintas, dos palabras: “Te extraño”.

Tus cosas y las mías son enormes, son así: sin tus cosas y mis cosas qué hago, cómo te digo éstas dos palabras: “Te amo”.

Tus cosas me hacen falta, las mías, al parecer, no te alcanzan.

Mis cosas y tus cosas van a estar siempre unidas, tendrás algo de mí

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En Aquel Bar_JohnDV

“En aquel Bar”

Marcadas, las más memorables y nefastas partes de mi vida, con sangre y dolordesde aquel anodino día que se convirtió en una verdadera “cagada” tras la llegada de esa maldita confesión que me hizo perder por completo los estribos, que hizo que cometiera una imprudenciaesa misma tarde, que vaya todo iracundoa aquel bar para darle muerte al imbécil de mi mejor amigo;amigo que había acabado por completo con mi matrimonio.

***

-¡Laura te engaña! – Me lo dijo todo aterrado José, aquella tarde que regresábamos del trabajo, para dirigirnos al bar de nuestras desgracias, de nuestras penas y lujurias, de nuestros triunfos y desdichas, y claro, de mis más grandes perradas y malditas acciones.

– ¿Cómo sabes eso? – Respondí todo melodramático, mirándolo a los ojos y completamente aturdido después de su parsimoniosa confesión.

– ¿Recuerdas de tus sospechas de Laura? – Guardó silencio y continuo todo deliberante – pues sí; tenías razón, yo los vi – Se detuvo un momento,y esperó a que yo soltara alguna palabra. Pero no respondí nada.

Caminé muy despacio, anonadado con la pregunta de José, “Laura, porque me has hecho esto”, voy repitiendo disimuladamente, abriendo una cajetilla mas de cigarros. Y después de varios silencios funestos, suspiros contrariados y lánguidos sollozos, me dirigí a José:

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