Siameses caminaban
Por aquellas calles
Donde los delirios
Pasaban sin aviso
Y las quimeras divagan
Como el propio olvido
Donde los lobos
Preferían esconderse
Y las mujeres
Comían los corazones
De borrachos olvidados
Por el amor
Las calles eran frías
Igual que las niñas
Que desde temprana, edad
Les tocaba aprender a madurar
Drogas en las esquinas
Bares abiertos todo el día
Que era más visitado
Que la alegría
Las iglesias cobraban un peso
Por ostia y confesiones
Las calles más oscuras
De la ciudad
Donde es escasa la felicidad
En esas calles donde me sentaba
Yo, a escribir poesía
Las miro y siguen igual
Desoladas entre la penumbras
Las calles de las que nadie
Les gusta hablar.