Una vez pensé, que el mundo podía ser feliz. Que todo cambiaría y que ya no sería tan gris.
Pero en un momento aprendí, que no todo es como te lo enseñan aquí.

Tengo un par de versos depresivos, otros con un tergiversado contexto, algunos fluyen sin motivo y otros son mucho más que textos.

Veo como pasan los días, como mi país se llena cada vez más de miseria y agonía.

Me disculpo con aquellos que no tienen para la comida y con aquellos que en medio de una protesta perdieron la vida.

Me disculpo con los que tienen sed y no pueden beber, me disculpo con aquellos que no quieren reconocer, la triste y fría verdad que lo que está sucediendo.

Me disculpo con aquellos que no aceptan que nos están mintiendo.

Me disculpo con aquellos que no tienen nada de comer, me disculpo con aquellos que no pueden ver…
¡Porque es que no puede ser!
¿Cómo sigues a alguien a quien ya no le puedes creer?

Porque justo ahora mientras lees esto, ya ellos tienen lo que tu sólo sueñas con tener, por un acto diabólico de llegarte a convencer.

Que mueran los hipócritas, malditos farsantes, doble cara, doble moral, monos denigrantes. Pero si crees que todo esto es humillante, detente por un momento, para por un instante, no puedes pensar correctamente porque ya nos han aplicado un sedante.

Por todos mis hermanos perdidos, por todos aquellos que por miedo cerraron sus oídos. Por todos aquellos que han sufrido, les invito a escuchar sus propios latidos.

Despierta ya de una buena vez, ellos sólo te complacen por interés, haciendo tu vida un infierno y ponerla toda al revés.

Hermano, levántate ya y camina, que en este pueblo hay más oro que en una mina. ¡Levántate y espabila! Que para rey, los mentirosos, ya están formando fila.