Soy un muerto enamorado de la vida,
Enamorado del palpitar del corazón,
Aun cuando tengo el pecho vacío;
Enamorado del recuerdo y la razón,
Aun cuando vivo en el olvido,
Suena raro, pero soy una existencia atrevida.
Contemplo en las noches las estrellas,
y veo las constelaciones más bellas,
pero tengo los ojos ciegos y distantes de ellas.
Oigo en las mañanas las aves,
Y escucho sonidos dignos de altares,
pero tengo los oídos sordos y ausentes de esos cantares.
Olfateo en las tardes las flores,
Y huelo los más exquisitos olores,
Pero tengo la nariz tapada y si me escapan aquellos señores.
Soy un muerto enamorado de la vida;
que se escurre entre mis manos,
se desliza entre mis labios,
y se esfuma al mirarnos,
escapa de mi pues mi alma está vacía.
Pero es un hecho de estoy enamorado de ella,
de su cálida sonrisa de su tez tan bella;
sigo esperado una caricia de sus tiernas manos,
y un beso de sus suaves labios.