En nombre de la princesa asesinada
con la indiferencia brutal de tu desprecio,
vengo a decirte que hoy ha resucitado
la estrella que habitaba en su silencio.
En nombre de los sueños que rompiste,
privando de su sueño a mi señora,
vengo a decirte que hoy vive su sueño
la dama que dormía sobre tu alfombra.
En nombre de todas las princesas,
te ordeno que no te atrevas a buscarla,
porque el hombre que fuiste en otro tiempo
moría en cada golpe que le dabas.
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