ELOGIABLE ENTEREZA
(Experimental filosófico)
En la roca la entraña se baña. ¡Porosa!.
De suspiros llena y rosa. ¡La roca!.
Sus nerviosas manos extendiendo.
Persuasivos pirueteados.
Y nada turba en el mar la brisa,
cazando a los minutos alevosos,
en la urna del misterio esquivo.
¡El eyecte ejerced!.
El embeberse enmenden.
En la ceniza desamparado,
el tiempo al olvido consume.
¡Tan pálido y perdido en el ayer!.
El desconcierto acierta en concierto.
Del ayer los sueños todos. Duermen.
Con la gracia sin igual del espejo.
¡Al ser flores de los confines!.
El enrede entretejen.
¡Enfrenen el emerger!.
La corriente besan los murmullos,
de la mísera paz dónde mueren,
y donde el anhelo se derrumba.
En la estatua desnuda descansando,
en la calma, sensual, teme al cristal.
¡Dúlcido y lento el nuevo día!.
Porque flores mañana y abrojos hoy vierte.
Al abarcar y abrasar.
Abaratan al acampar.
En tanto tenues al mutismo tejen.
¡Qué lóbrego el horizonte brilla!.
¡Cuánto color de oliva afila!.
En las pestañas conversa audaz,
una vez esmeraldas al tatuarse.
Las horas de pétalos al secarse.
¡En la orfandad del albor!.
Ese éter eleven.
El encele enerven.
¡Por dónde el precipicio escapa!.
Entre líricas palomas pródigo,
la eternidad ligera pende.
Hacia el silencio. ¡Y muriendo vive!.
En la dicha del salmón,
con el árbol iracundo.
En tanto alcanza el túnel.
Incidid, insistí.
Infringid, inscribid iris.
Al agua sin tener nada. ¡De sed!.
Y aún en la sed nadando.
Cuidando a la plaza el césped,
con la armadura y su ternura.
¡Porque dura lloviendo lancinante!.
La entereza que suma sombras.
Al virginal fulgor de los recuerdos.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez.
(Tanto del texto como de la imagen)
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