Había salido de un lugar poco habitado, para ir a otro aún más apartado; Vicent estaba en una casa en las montañas, el cual no visitaba desde unos años atrás, en una visita vacacional y familiar. Era una propiedad de su padre, y un tesoro oculto de las montañas, pues a simple vista parecía una cabaña sencilla y abandonada; pero en su interior podía visualizarse el brillante piso de madera de cedro y los cómodos muebles del siglo XIX, los cuales hacían ver elegante y acogedor el lugar.
Vicent había llegado de noche, buscó a su padre por las habitaciones, y luego pasando por el pasadizo que dirigía al balcón, pudo hallarlo; estaba sentado, mirando al exterior y fumando, se trataba de un hombre alto, de contextura gruesa, de vestiduras elegantes, pero siempre oscuras. La expresión que siempre había visto Vicent en su padre era de aflicción y seriedad, nunca le tomaba importancia a lo que hacía o decía Vicent, o cualquier otra persona; así era Agust Gotnight. Todo el dinero que gozaba ahora la familia Gotnight se debía a los negocios del padre, décadas atrás, cuando aún era un joven imprudente se había involucrado en negocios turbios, los cuales acabaron cuando contrajo nupcias, pues creía que podía poner en peligro a su nueva esposa; fue irónico lo que ocurrió después, pues fue el amigo de Violet, quien no solo traicionó su confianza, sino también la llevó a su fin. Le dio una muerte dolorosa frente a su pequeño hijo recién nacido. Luego de una breve investigación que no tuvo resultados concluyentes, Agust contrató a un grupo de investigadores particulares, quienes le dieron el nombre del culpable. Era obvio que ese hombre no esperaría tranquilo hasta que descubran su autoría, así que, por un largo tiempo no pudieron hallarlo.
Vicent, dirigiendo su voz hacia su padre exclamó: ¡padre! ¿qué rayos hiciste? ¿por qué después de todos estos años no logras calmarte?; Agust ignorando a su hijo, no responde, mas continúa fumando su puro. Vicent, perdiendo la paciencia, se acerca hasta el lugar sonde se encontraba sentado su padre y continua diciendo: tenía una hija, una niña quien vio tu desastre, padre. Esta vez, irritado, Agust respondió: ¿Has olvidado que tu hermano también presenció su asesinato? Se lo merecían.
Vicent, tratando de calmarse le respondió: pero mi hermano era tan pequeño, él no recuerda nada, sin embargo esta niña vivirá por siempre con el recuerdo de sus padres, en esa forma. Tú lo hiciste, ¿no tienes ningún remordimiento?
El padre de Vicent, dejando a un lado su puro, mirandolo de frente, le contestó: tienes razón, esa no era mi intención, pero mi hijo vive sin ningún recuerdo de su madre y esa niña, que es su hija… es su hija y yo… ya veo.
Vicent viendo a su padre ponerse de pie, y apagando su puro dijo: ¿a dónde vas padre?
A lo cual Agust respondió: ¿no es obvio? voy a terminar con lo que empecé.
Vicent, tratando de detenerlo senaló: no padre, detente. Es solo una niña, ya le hiciste suficiente, déjala tranquila.
Agust impedido tanto por el propio Vicent como por sus palabras se detuvo y habló: ¿por qué no lo haría? Ese hombre se atrevió a hacer una vida feliz destrozando la mía.
El joven hijo señaló: él ya está muerto y yo que soy tu hijo, te lo pido.
Agust, quitando a Vicent de su camino con un brazo respondió: ya no te metas en esto.
Pero Vicente, no dándose por vencido aún agregó: ella te diría que te detengas, mamá siempre fue así. ¿lo recuerdas?
Agust detuvo sus pasos y agregó: a cambio ya déjame en paz, he tenido suficiente de ti.
Sabía que lo había detenido, Vicent abandonó las montañas con la tranquilidad de que su padre no haría otra locura, pues conocía la frialdad de su padre; así como también su descaro en revelar sus padres. Eso también le servía para anticipar que, de ser atrapado él no tendría ningún reparo en revelar el pasado de su víctima y este simple hecho no solo revelaría el triste pasado de los Gotnight, sino que además mancharía la imagen de esa niña huérfana sobre sus padres. Esto último le parecía a Vicent devastador para la persona en que guarda con recelo los recuerdos de un padre.
Para Vicent, su padre era, un ser que nunca tuvo paz desde la muerte de su esposa, ya que tuvo que dirigir solo la investigación y la búsqueda del crimen, además no supo apreciar la familia que dejó atrás. Si su padre debía pagar alguna pena, para Vicent, éste ya lo había hecho.
Llegó Vicent finalmente a casa, luego de haber fracasado en detener a su padre en el cobro de una venganza. Estaba agotado tanto física como mentalmente. Su hermano fue a su encuentro mientras descansaba en su cama. Tenía muchas preguntas, pero la más evidente fue la primera en expresarse: ¿lograste detenerlo?
Vicent miró a su hermano y contestó desanimado: soy un inútil.
Su hermano, tratando de consolarlo señalo: era algo que nadie pudo haber detenido, si no lo hacía con sus propias manos, hubiese buscado la forma en satisfacer su venganza.
Vicent le dio la razón, así mismo añadió: pero sabes, ese hombre tenía una niña y ella está totalmente sola en este mundo.
Su hermano luciendo preocupado, se sentó en la cama de Vicent y dijo: no tiene algun familiar por ahí?
Vicent contestó: el investigador me había dicho antes de hallar el paradero de ese hombre, que sus tíos se encontraban en un asilo, pero luego creo que en esa casa vivían la familia de la mujer de ese.
El hermano lo hizo tranquilizar, cuándo le dijo que siempre había la posibilidad de que tenga familia por alguna parte y luego agregó: si te sigue preocupando, luego averiguamos.
Para Vicent, aquella niña huérfana era como el reflejo de sí mismo, ya que, tras la muerte de su madre y la lejanía de su padre para con él; todo eso hizo sentir a Vicent que estaba solo en el mundo, solo con su dolor.