Cada día que te vas acercando,
asoma la tristeza a mi corazón.
Los Villancicos , adornos y luces
me suenan a chirridos.
Ahora no puedo recibirte
como esperabas.
No me exijas abrazos
ni deseos de “Feliz Navidad”.
La ausencia de los que se fueron
resuena en todo mi ser.
Aun sintiéndome afligida,
me embriago
con los recuerdos
de las celebraciones pasadas.
Y las gruesas lágrimas
me arropan de esperanza,
creyendo en un reencuentro feliz
en sueños, en otros universos
o en vidas venideras.