Al cantar aquellos versos
¡Me parezco a mamá!
¡A tu edad yo hacía esto y más!
“¿Qué te hago si lo encuentro?”.
Varias semillas grabadas
en alguna de mis pieles, encontré.
Ahora que crecí
recién, lo comprendí.
¡Mamá, siempre fue más!
Cada vez que saboreo los helados
y pasteles preparados
con la receta de la abuela.
¡Me parezco a mamá!
Ella dentro de mí está.
Y hasta el jardín
que cuidaba con esmero, lo tomé.
Al representar papeles
escritos antes de que ella
y yo llegáramos a existir.
¡Me parezco a mamá!
Por decir, olvidarme de mí a veces
y creer que soy el salvador o salvadora del mundo.
Cuando ya se hizo lo necesario.
Y aunque sigo encontrándome
agradezco tu labor, mamá.