Retrato

Quizá no sea la pregunta por la que comenzar,
Aquella conjugación de incertidumbre y soledad marchita los aposentos del presente, derrumba su puerta e incendia sus cosechas,

Desnudando sus huellas y descifrando sus pensamientos, a través del iris, cóncavo, en el que reposan huracanes de sed con dientes, jadeantes anonadados frente al silencio, mortal y lúgubre,

Hará falta palas y sollozos para cavar entre lo más profundo de tus ojos,

Velas y cigarros para entrar en tu virginidad campante, en lo
más alto de tu cueva, humedad, frenesí, agitación, aliento, aquel listado de barreras se desnuda frente a semejante belleza,

Me convierto en hueso y sangre, serpenteando las dunas del hastío, buscando mi manzana, mi Eva, esperando contemplar a su Adán colgado, convertido en alquitrán, cubierto de rosas y lágrimas, para volver a enterrarlo con sus manos por fuera,  clavándolas en su lápida, pidiendo misericordia,

Aquel pasado ostentoso ha sido entibiado, resucitado para demostrar que las tumbas que descansan en nuestra frente pueden ser abolidas y saqueadas de nuestros sueños,
rezándolas por las noches para olvidarlas por la vida,

Es la única manera en que nos mantenemos vivos sin ser
devorados por el abrumador recorrido que nuestros pies dieron hacía siglos, así podemos volver a amar y odiar sin
remordimiento, porque si un alma siente un ardor dentro de su atmósfera, deberá lavarla con fuego y cicatrizarla con alcohol, para que pueda seguir respirando y viviendo en el presente….

Si aquel pentagrama de sentimientos pudiese crear una sinfonía para mi orquesta, no haría falta director ni mucho menos libreto,

Tus liras y mis contrabajos absorberían el frenesí del mundo y confabularíamos para sabotear al destino,

Con tus piernas y mis manos moldearíamos la perfección, la estética y el arte serán nuestros ángeles,

Flotaríamos entre nenúfares y reposaríamos sobre acacias y el
mundo, nuestro mundo, flamearía encima de la pobreza, el hambre, la guerra y la muerte, no existiría un final, mucho menos tristeza,

Pero mientras el presente nos irrumpa en aquella travesía, mil camellos desfilarán sobre tus senos,

Las aves vislumbrarán tus cañaverales y reposarán en tus cascadas de éxtasis,

Mientras que ballenas flotarán por sobre tus cordilleras, peligrosas, dispuestas a matar a cualquier extraño que se atreva a clavarte su estaca entre tus rocas,

Y entre telones nubes como porcelanas bañadas de ágata con un cielo rosado apreciarán tu libertad, y tu sonrisa dará paso a la noche, tan frágil que caerá rendida a tus pies,

Me hará falta una cabalgata de panales para saborearte a complexión, y el océano para enfriar mi sintaxis que se
quebrantará ante tu majestuosidad lingüística, única e imposible de imitar,

Me convertiré en aquel pobre escribano que con mis dedos
trazaré líneas divisorias entre tus manos, para luego graficarlas
en mis pensamientos y evaporarlas en mi cuerpo, de hueso y sangre,

Serás mi jardinera, la cual me echará cal para convertirme en humano, podarás mis pensamientos y plantarás sobre mi cien mil violetas y girasoles para que se alimenten con tus ojos y nunca se olviden de ti, martillarás sobre mis labios tu nombre y tu recuerdo se crucificará en mi pecho, soportando pesares e inundaciones,

Pero mientras el presente se convierta en pasado y el futuro mismo espere al presente solo me basta retratarte en cien mil un árboles, dibujarte en cien mil un nubes y besarte en un par de labios.

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