¡Me Parezco A Mamá!

Al cantar aquellos versos

¡Me parezco a  mamá!

¡A tu edad yo hacía esto y más!

“¿Qué te hago si lo encuentro?”.

Varias semillas grabadas

 en alguna de mis pieles, encontré.

Ahora que crecí

recién, lo comprendí.

¡Mamá, siempre fue más!

Cada vez que  saboreo los helados

y pasteles preparados

con la receta de la abuela.

¡Me parezco a mamá!

Ella  dentro de mí está.

Y hasta  el jardín

que cuidaba con esmero, lo tomé.

Al representar papeles

escritos antes de que ella

 y yo llegáramos a existir.

¡Me parezco a mamá!

Por decir, olvidarme de mí a veces

y creer que soy el salvador o salvadora del mundo.

Cuando ya se hizo lo necesario.

Y aunque sigo  encontrándome

agradezco tu labor, mamá.

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¿Por Qué No Duerme La Luna? (Canción)

¿Por qué no duerme la luna?

Luna, luna,lunaaa.

Hay que ponerle su traje de aceituna

de aceituna, de aceituna, de aceitunaaa

Mientras que el cielo la acuna

La acuna, la acuna, la acuna.

¿Por qué no duerme la luna?

Luna, luna, lunaaa.

Cuando me mira con ojos de gatuna

de gatuna, de gatuna.

Ella vigila mi insomnio de manera oportuna

oportuna, oportuna.

¿Por qué no duerme la luna?

Luna, luna,luna.

Y si contamos ovejas, una a una

una a una, una a una, unaaa.

A ver si el sueño llega, por fortuna

por fortuna, por fortuna.

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ODA AL OLLUCO

Incansable caminante de montañas

Hijo de la Mama Rayhuana

y el padre Sol

Hermano de la oca,

yuca, rábanos y más.

¡Gracias, Olluco!

Alrededor del fuego

tus admiradores

pintan ajiacos

sopas y chupes

que cuentan historias

de tierras lejanas y coloridas.

Al cielo llevas

a miles de  paladares

con hambre de triunfos.

¡Gracias, Olluco!

En la Tierra

dejas almas agradecidas

y enraizadas.

Danzando y brillando.

¡Gracias, Olluco!

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Hijo(a) De La Navidad

Soy hija(o) de las Navidades recordadas,

presentes y de las que están por llegar.

Soy hija(o) de las navidades mágicas

que mis padres supieron regalarme.

Soy hija(o) de las Navidades

con mesas repletas y sin apetito.

Soy hija(o) de las Navidades

sin pesebres ni árboles que decorar.

Soy hija(o) de las Navidades

coloridas  e iluminadas

por los que ya  partieron.

Soy hija(o) de las Navidades

calmas y de las alborotadas

por abrazos de media noche.

Soy hija(o) de las Navidades

que seguiré recreando, oliendo y

saboreando.

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El árbol tímido

Había una vez un árbol que se movía poco, siempre permanecía en silencio. Él pensaba que sus amigos se reirían de su voz ronca y sus torpes movimientos. Un día vino corriendo, corriendo un ventarrón que hizo samaquear a todo el bosque. Sus compañeros árboles movieron sus ramas y gruñían. Él se resistía a moverse y pronunciar sonidos. Dado que el alboroto iba en aumento, no le quedó más remedio que moverse. Se movió tan fuerte que espantó al ventarrón.

 Los otros árboles rieron a carcajadas y agradecieron al compañero tímido, con alegres soplidos.

A partir de ahora, cuando el viento se acelera con fuerza, bambolea sus ramas. Y al sentirse sofocado, baila y sonríe al sol. Así, el árbol tímido despidió a  la timidez para siempre. Hoy se acepta y expresa lo que siente con calma y valentía.

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