Corre la crisis del 2002 haciendo estragos por doquier. En la casa de Domínguez la situación no es mejor. Ya hace 2 meses que fue despedido de la fábrica junto a un centenar de empleados. Elenita, como llama a su mujer hace lo imposible por disponer en la mesa lo imprescindible para que su marido y sus dos hijos puedan comer. Muchas veces, él lo sabe, dice que se encuentra «sin apetito»… La libreta donde Manuel, el almacenero de la esquina anota los «fiados «, causa grandes preocupaciones aunque tratan de comprar lo menos posible. La familia, algún vecino, los ayudan a veces con alimentos, pero cada día que pasa la situación empeora.
Días hay que Domínguez está de muy mal humor y frunce el ceño, el cabello entrecano no quiere obedecer el peine. Habla poco, pero cuando lo hace su voz es áspera, demasiado fuerte, como tratando de encontrar en quienes le rodean una explicación a esa realidad que los ha sorprendido justo ahora en que el hijo mayor empieza el liceo.
Hoy, sin embargo tiene una sonrisa pintada en el rostro y hasta bromeó con Elenita y le hizo unos pellizcos, de esos que tanto le gustan a ella. La razón de este cambio de humor es un aviso que encontró ayer domingo en una de las ventanas de la barraca «Mar y Sol» pidiendo empleados. Se levantó más temprano que nunca, tomó » cuatro mates locos», al decir de su mujer y salió a la calle con pasos rápidos. El trabajo será para él, casi no tiene dudas…
Lunes…
— ¿Cómo dijo que se llama usted?
— Domínguez, señor… me llamo José Raúl Domínguez…
— ¡Ah! ¡sí !, Domínguez, Domínguez… Sabe, estamos necesitando un nuevo empleado para la empresa. El sueldo es bueno para los tiempos que corren. Mientras otros tienen que cerrar nosotros cada día trabajamos más…¿Qué tal? … Pero, claro, tenemos nuestros mecanismos rigurosos , muy rigurosos para la contratación de los empleados. ¿ Tiene usted buenas referencias?
— ¿ Referencias dice usted?
— Claro, no tomamos nunca a nuevos empleados sin que antes leamos con atención y comprobemos que los datos que usted nos aporta son buenos. Le vamos a pedir que nos traiga mañana, a más tardar,una hoja que contenga su curriculum vitae, o sea todos sus datos personales y en forma especial también referencias laborales. Usted sabe… si es cumplidor, si no falta al trabajo, etc.
Miércoles…
— ¿ Qué desea señor?
— Yo vine el otro día por el trabajo y ahora pasaba casualmente por acá…
— ¡Ah, sí!… Buenos días… ¿Cómo es que se llama el señor?
— Soy Domínguez, José Domínguez, aunque en el barrio me dicen Pepe.
— Muy bien Domínguez, usted ahora le alcanza el curriculum con las referencias a mi secretaria y si todo está bien, como esperamos, quedará trabajando la semana que viene..¿Qué le parece?.
— Bueno, la verdad es que tengo unas ganas, una necesidad de trabajar bárbaras y aunque el sueldo aunque es pocón y lo necesito, vengo a decirle que no voy a poder ingresar a esta empresa…
— Pero Domínguez!… ¿Qué pasa?… Usted no se puede perder esta oportunidad… ¡Presente las referencias hombre!
–Sabe… yo también estuve buscando referencias…de la empresa y de usted…y por esas razones es que no voy a trabajar acá…
ESTA MUY BUENO,ME GUSTO MUCHO LO QUE HIZO DOMINGUES.RESULTASTE MUY BUENO PARA CREAR CUENTOS.PD.PRONTO LO VOY A INTENTAR YO .