— Yo le dije a mi mujer… andá laescuela y hablale a la maestra esa y decile nomás, que Dominguita tiene que dir a la escuela si o si. Que si no, vamos a dir a la Inspesión a quejarnos como corresponde,..¡ Qué carajo!. La niña está un poco refriada nada más… ¡Si ni fiebre hace la pobre!… Y no tiene guenas notas y ahora…. ¡Claro!. Se les antoja que no puede dir hasta que se pase la peste esa….¿Pero que se habrán creido esas hijas de puta? . A ver tú, Ciriaco, tú, que dices que terminaste hasta el Liceo…¿Puede creerse realmente que por una gripe se risuelva suspender las clases?. Pa colmo la televisión… tú la prendes y están dale que dale con la gripe porcina….¡ Brase visto!…. Acá yo no ha visto gente que sesté muriendo de gripe ni de nada…
Acodado en el mostrador del único boliche del barrio está Carmelo con su copita de grappa para combatir el frío. Vino con el propósito de llevar unos porotos para el guiso y de paso tomarse una. Está realmente molesto. Necesita descargar toda esas furia que le da la incomprensión de un mundo que se vuelve contra él . Habla a los gritos como si Ciriaco estuviese en la trastienda . Pero no, Ciriaco está allí, bien cerca, detrás del mostrador de madera centenaria y empercudida por incontables capas de restos de alimentos mal higienizados, y por delante de una estantería abarrotada de productos que él, solamente él, encuentra a solicitud del vecino, con una vaquía sorprendente. Un cuadro de Gardel que apenas se adivina tras una cortina de cagadas de moscas y un almanaque son los únicos adornos de la pared de entrada. El casín que hace tiempo está en desuso sirve para contener media docena de botellas de vinos diversos y de pésima calidad.
— Te via decir que pa colmo e males la gurisa trajo como deber, ¡magínate tú!, trajo como deber, como te dicía, «hablar con los padres sobre la importancia e la higiene»… Ja, Ja, Ja… Es para reirse che, es para reirse… ¿Higiene?. Ja, Ja, Ja… Porque ahora las maestras no mandan como antes a hacer una copia de tres o cuatro hojas o hacer una docena e cuentas, divisione de tres cifra…¡a no!…. Ahora mandan a hablar con los padres… Como si no supiese hablar digo yo… como si no supiesen….
Ciriaco lo mira con interés y escucha mientras se acomoda unos lentes gruesos, se remanga la camisa y empieza a clasificar unas verduras tirando en un cesto las que se le han puesto viejas. Tiene toda su vida en eso de atender clientes . El perro de la casa, un galgo flaco y pulgoso está echado aprovechando el sol mañanero que entra por la puerta abierta.
— Le dije yo a la gurisa, esplícame eso de la higiene que yo no la entiendo bien. Que la maestra Clotilde se mete donde no debe meterse. A mi me parece que se trata de la limpieza, pero no lencuentro razón de ser porque limpitos todos van a laescuela, el que más o el que menos, van limpitos… Entonces la Dominguita se sentó en el banco y cruzó las patitas… ¡ Cómo una dotora che! y empezó a hablar y hablar… ¡Había que verla a la mocosa!. ¡Bobadas che!….¡Bobadas !….¡Bobadas desas que a veces las maestras les da por enculcar en vez de dedicarle tiempo a otras cosas más importantes!. Mira, te via decir que le preguntas tú, cuala es la ciudad capital y no sabe. ¡ No sabe che!. Quién gobierna el país y te mira con ojos raros… Le mandas a hacer cualquier suma y empieza a darle a los dedos y dibujar pelotitas en el papel o si no anda buscando una calculadora que le regaló mi mujer. ¡Ah!, porque ahora ya no sehacen cuentas si no es con una maquinita. Yo que hace ponchada de años que dejé laescuela me sé bien las tablas, pero eya no, todavía no… Me sé el abecedario, me sé los quebraus… Me acuerdo de todas las fechas patrias. Y la maestra con estas bobadas de la higiene y de la gripe. ¡Que hablen con los padres manda!….¡Brasevisto!….
Ciriaco asiente con la cabeza o con un «¡ajá!», y «¡qué te parece»…pero no da su opinión. Escucha solamente.Hace tiempo que aprendió que lo mejor es escuchar y dar la razón, por más disparatada que esta sea. Conserva la amistad, no le sube la presión yen cambio sí le sube la cuenta en el banco…
— La Dominga dice…¡Un disparate!…¡Un disparate…¡Que hay que lavarse las manos no sé cuantas veces por día!… ¿Cómo veinte dijo?… No me acuerdo… Y la maestra esa…¿ sabrá realmente lo que cuesta una barra e jabón?. Uno que a veces anda buscando un bintén pa comprar el pan…Son pelotudeces las que dice y entonces yo le hablé a mija.¡Ah sí!… Le hablé como creo que tiene que hablarle cualquier padre que se precie de tal. Que pa enseñar no se precisa ser maestro ni dotor, que uno con la vida igual apriende aunque no quiera. Le hablé clarito y le di un ejemplo de vida, una enseñanza e la vida…Mi mujer no quería, que me cayara decía…Que ahora son otros tiempos…Que la maestra sabe lo quihace. Pero no me cayé . ¡Qué me via cayar!… Capaz, che Ciriaco, que ya te conté cuando me diva en el tren hasta la playa a lustrar…¿Te conté o no te conté?…
Ciriaco, viendo que el tema va para rato y que no hay mucho que hacer se sirve una grappita y le sirve otra a Carmelo . Se reclina entonces contra unas bolsas de harina de maíz y responde, medio entre dientes y sin mucha fuerza:
— No recuerdo bien si me contó o no , es que yo hablo con tanta gente Don Carmelo… ¡Pero cuente Carmelo!…¡Cuente!…
— Gueno, cuando yo tenía diez o doce año, ya trabajaba todos los días. En mi casa eramo ocho hijos y solo tres varones y bien pobres… Mi padre había conseguido con los coloraus un puesto de pion del ferrocarril. Hacía poco y cobraba menos toavia. Mi madre hacía lavaus pa fuera… cuando no la jodía el reuma. Por eso no pude terminar laescuela nada más que hasta quinto año. Trabajaba en distintas cosas según la época delaño. Pero yo te quiero contar lo que hacía en los veranos… Ya te dije, me diva en el tren… hasta la playa, a lustrar sapatos. Tú le hablas a los gurises desto y no tentienden. Antes la gente usaba sapatos, gueno, el que podía. El que no, alpargatas che, o tamangos, a sigún… o descalzos como tantas veces me tocó a mi… No como ahora con «Sapatiyas Ribuk» o «Adidas» o «Pumas», hechas con un cuerito de mierda que se rompen de nada. Gueno y yo que era bien risuelto meiba en el tren a la playa a lustrar y tenía guenas pomadas y terminaba con una pasadita de cera, los dejaba bien briyantes, pero bien briyantes..¡Se podía ver uno en los sapatos…!.A veces se me escapaba una pincelada y le daba a las medias blancas… ¡Ja ja ja!.. Entonces recibía una buena putiada, una buena putiada, che !….Me traía guena plata pa las casas. A veces, como pa compadriar, me diva hasta la heladería «El Puerto» .¿ Tú la conoces?. Y me compraba un helau bien grande y me sentaba en un banco de la rambla a tomármelo a puro lenguetazo!…. ¡Qué rico!…¡Qué rico che!. Otras veces que andaba conhambre, meiba a la panaderíe el gayego y me compraba una bolsa de bizcochos y me los venia comiendo en el viaje e regreso…
Carmelo mira la hora, se rasca la cabeza, se mete el dedo en la nariz y hace parsimoniosamente una bolita pegajosa y luego pregunta con algo de fastidio:
_¿Y qué tiene que ver eso con la gripe o con la higiene ?
_ ¿Pero y no te das cuenta vo?…¿No te das cuenta?. Yo, con toda esas manos sucias, pero bien sucias de tierra, de betún de sapatos y de no lavármelas nunca che, con esas manos bien sucias me comía todo eso…Los helaus, los bizcocho, un buen refuerzo de mortadela… ¿Y qué?. Yo nunca menfermé. Yo nunca me agarré la porcina. Y si menfermé alguna vez mi madre me curaba con unos yuyos que tenia en el patio y listo, bien listo. Y ahora se vienen con la gripe porcina, como si los chanchos pudieran enfermar a uno….Y la Ministra dice que se laven las manos y que dispués se pasen alcohol gelatina … ¡Bobadas che Ciriaco!…¡Bobadas!… ¿Cuánto te debo che?….
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