No permitiré que quedes
sepultada en el adiós
que me sabe a olvido
sin que sepan que has sido
un huracán en mi vida.
Tú eras mi meta, madre,
para ti yo me vestía
y dejaba los pinceles
realzando un lienzo limpio.
Supe que tú lo eras todo
cuando tus manos murieron
sin abrazarse al las mías.
Tú no estabas a mi lado
y yo era la hija triste.
Ya no estabas en mis risas.
Ya no estabas en mi vida.
Ya no tenía tus besos.
Ya a ti no te tenía.
Sentí que me había muerto
en la que fui hasta el día
que me dijeron que tú
sin mí te habías ido.
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