Mi alma se fue hacia él abismo, por qué no soportaba tú ausencia.
Mi corazón se separó en pequeñas partes cuándo mi mente llegó a la conclusión de qué te extrañaba.
Anoche te vi en mis sueños, sentí la necesidad de correr hasta ti cuando desperté.
Mi alma no soporta qué no estés aquí, la distancia qué pareciera haberse hecho más grande a cada segundo me consume a mordidas los sentimientos.
Las lágrimas sólo fluyen, con la esperanza de qué vengas a secarlas.
Todo en mí te necesita para sobrevivir ya qué me siento atrapada, atada a mi tristeza.
Mis ojos lloran.
Mi corazón se quiebra.
Mi vida se desvanece.
Mi amor por ti te espera.
Intento buscarte, y soy una tonta al pensar qué te voy a encontrar en mis sueños. La realidad es horrible.
No tengo corazón.
Salió de mi pecho y corrió hasta tus manos.
Mi pobre corazón…qué te lástima tanto, ruega qué lo ames.
Aunque a veces quisiera sacarte de él por qué cada vez qué se parte en dos te hace daño. Por eso quiero sacarte de ahí para meterte dentro de mi alma.
Tú eres como la madera, eres fuerte, duro, tanto qué me asusta y a la vez quisiera aprender de ti.
Mientras, yo soy como él cristal, me rompo fácilmente, pero sé qué en las manos correctas (tan correctas como las tuyas) siempre brillaré para ti.
Hoy, está chica hecha de cristal es «nadie» y espera la perdones, regreses y de a poco la dejes entrar en tu ser de nuevo.
Esta mujer jamás debió jugar a ser fuerte, por qué muy en él fondo sabe qué no lo es. No debió jugar al orgullo por qué en su interior sabe qué siempre llevará las de perder.
No debió jugar así con tú corazón al anochecer, debió cuidarlo, tener paciencia, y a pesar de todas las discusiones…DEBIÓ NO PENSAR EN ELLA MISMA Y SÓLO PENSAR EN AMARTE A TI.
Debí amarte más de lo qué te amo ya, para qué así fuera suficiente para ti.
No debí cometer más errores, por qué cada uno de ellos se queda, grabado, agrietando el cristal de mi ser y el tuyo.
Me queda claro qué, tú siempre serás tan luchador y yo una cobarde qué se esconde detrás del monitor. Tú siempre serás valiente en la vida mientras yo moriré de miedo de sólo vivirla.
Hoy además de reconocer mi error y lo qué soy, reconozco la falta qué me haces en la vida, en todo.
La gran necesidad qué eres para mi existir.
Necesito de ti.
Necesito de tus besos.
Necesito de tus palabras.
Necesito de tú amor, aunque no merezca qué alguien tan sorprendente qué ha soportado todo de mí me ame.
Necesito de tú apoyo para salir del infierno en él qué entré él día qué herí tus preciados sentimientos.
Necesito todo de ti, por qué te pertenezco, defiendelo, defiende lo qué es tuyo mientras yo estaré enteramente feliz y completa de qué al menos aún me elijas a mí.
Así qué por favor regresa al qué será tú nuevo hogar, mi alma, corazón y espíritu.
Sí esta tonta se vuelve a equivocar, caerá en un abismo, grande y sin fondo del qué no podrá salir por qué tú presencia no estará para iluminarle la salida, tú sonrisa no estará para sanarla y tus palabras no estarán ahí para tranquilizarla…justo como ahora sucede. Sin embargo, quiero recuperar mi diamante, y voy a seguir buscándolo. Sanemos todas las heridas primero para después volver a comenzar, está vez sin tantos obstáculos, sin tantas dudas, sin tanto miedo.
Sólo así él caballero de la armadura de madera y la bruja de cristal podrán ser enteramente felices.
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