Nos habíamos visto infinidad de veces, en el mismo salón, a la hora del recreo, caminando por la calle, en las redes sociales. Habíamos hablado en pocas oportunidades, y casi siempre era sobre alguien más, no de ti, no de mi, de cualquiera menos de nosotros.Ha pasado un año desde que te conozco, tan irrelevante somos el uno para el otro; tengo un amor imposible, y sé que tú llevas tiempo atascado con la chica de la cuál tu amigo está enamorado, tú le das los más maravillosos consejos mientras se te desgarra el alma. No me rindo con él, siento que las cosas pueden resultar pero estoy tan equivocada, él se va, y le lloro, le lloro su partida, y tú éstas intentando con otra, pero no lo haces por amor, sino por pasión.
Mis amigos se convierten en los tuyos, y tus amigos en los mios, y nosotros nos volvemos amigos cercanos, hablamos, reímos un montón, no hay rato en el que no estemos diciendo una tontería, aún así te aconsejó como lidiar con tu situación, que abras los ojos y veas que no le quieres a ella, y me haces caso, y empezamos los dos, a intentar hacer las cosas desde cero. Es difícil no lo dudamos, volteamos la pagina de vez en cuándo, pero en esas vueltas de página te veo a ti, y tu me ves a mi, y todo se ve distinto, empieza a florecer un sentimiento del cuál no estamos claros y tratamos de ignorar, fingir que no esta allí cuando enrealiadad está por germinar.
Ha pasado al menos 6 meses desde que nos hemos vuelto amigos y no puedo mentira más, debo admitir que me gustas, pero me aterra pensar que aun estás enamorado de la misma chica que tú amigo. Una noche estas que insistes e inisites y te lo digo, te cuento quién es de quién me enamoré y no lo puedes creer, y me dices que no juegue, que le pare a la broma, pero no es ninguna, y tratas de contenerte, para cuando ya perdí la esperanza te pido distancia para olvidarte, y me detienes, sutilmente te acercas y dices «Creo que se te ha pasado una cosa por alto, y no has preguntado si tú a mi me gustas» y con indignación, ganas de abofetearte te respondo casi al borde de las lágrimas «No hace falta. Si tu también sintieras lo mismo que yo, lo habrías dicho» con la mirada hacia el suelo veo cómo una agujeta se ha soltado, me agacho para intentar amarrarla, cuando tomo un extremo me intertumpes «Tu también me gustas, no te lo digo para que te sientas mejor o hacer que no te alejes. Me gustas, estoy sorprendido estás cosas no me pasan a mi, usualmente me gusta alguien y no pasa de eso. Soy tímido, jamás te habría dicho lo que siento.»
Ya ha pasado medio año desde aquella confesión que nos sacudió la vida, nos alegró, y nos puso en el lugar dónde debíamos con quién debíamos. Riendo juntos cada día, y aprendiendo a queremos más que aquel día cuando te revelé cuánto te quería.
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