Me pidió que me lo llevara conmigo,
no supe que hacer, al ver esos ojos suaves,
amarillos como la miel,
oh si eran dulces,
la magia de una estrella fugaz,
como una bolsa de chuches,
dulce y sin disfraz.
No quise volver a ser débil,
no quise volver a sentir,
después de perderme en el sueño del sentir.
Sentir por el, huracanes,
de miedo y ternura a la vez,
el miedo de ser desangrada otra vez,
Tal vez por culpa de nadie,
sabiendo del arrepentimiento,
del disgusto y el lamento.
Decidí que el me llevará conmigo sin yo irme con el,
le regale mi melancolía,
3 sonrisas diferentes,
y mis lágrimas embotelladas en un recipiente.
Mis zapatos de tacón,
y una frase exacta,
‘reserva el corazón’.
Me fuí sin prestarle atención…
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