Cada día es distinto, el sol no siempre brilla de la misma manera, el cielo no siempre es azul, el viento no siempre tiene el mismo ímpetu para golpear tu rostro.
En cambio, tú siempre has mostrado una demasía de matices que aunque cambiantes son no dejan de ser fulgurantes y abrasadores.
Te observo, es ostensible que cada vez que dirijo mi mirada hacia ti es como si fuese avanzando a un andamio bizarro: en cada nuevo peldaño voy evolucionando y aproximándome más a ti.
Autora: Gabriela Valencia
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