Eres la razón de mis anhelos, delirios e ilusiones, eres ángel terrenal que divaga en decadente sociedad, buscando hallar la vital felicidad que en el cielo ha de habitar, eres sueño cautivo en la alcoba de mi infante corazón, eres viva inspiración de pintor, compositor, artesano o escritor, tu piel es claro de luna tendido en las manos de la indomable sabana, tus labios son el almíbar que endulza cualquier amargo desaire, esos mismos labios que contemplo cada día, derrochando a cuenta gotas la más sublime dulzura, tus ojos son lagos cristalinos donde quisiera caer y perderme en sus aguas y así sin temor vivir perdido dentro de ti, tu lacio cabello desprende fresca fragancia, al igual que tu cuerpo de tan esbelta silueta, tu nombre es símbolo de logro y grandeza, tu angelical mirada me atrapa y arroja a senderos de infinitas fantasías, en ti residen tristezas, nostalgias y alegrías, ser parte de tu vida es el más grande regalo, como el que recibe un niño el día de noche buena y su alma renace en gozo y la más vivaz inocencia se crece en su espíritu, así me siento en instantes, cuando tus palabras acarician mis sentidos, quizá olvide recuerdos, quizá olvide derrotas, quizá olvide el silencio, pero a ti nunca «VICTORIA».
Carlos Luque