Dime lo que quieres que te diga, que haces parte de unos de mis más grandes tesoros, pero si eso ya lo sabes. Como no saberlo, si son por lo que he luchado y cultivado diariamente durante tantos años, dando y recibiendo, dejando de lado temores y problemas para mezclarme en un mundo de tranquilidad que encontré junto a ustedes. Dime, ¿acaso eso ya no lo sabes?
O quieres que te recuerde que fue hace ya cinco años que andamos juntas, que te conocí pequeña y te dejare grande. Que cada día que pasa nos acercamos más a pesar de saber que al final nada es seguro. Dime ¿qué quieres que te diga? ¿Que sin importar que suceda seguiremos juntas? No, no debo mentirte, tu conocerás gente y yo también, cambiaras tus gustos, tu celular, tu casa, te llamaran de otra manera, serás distinta cada día, alejándote de estas épocas, no te puedo asegurar amistad eterna, ni que estaré cuando pises por primera vez la U ni cuando tu primer trabajo, pero si, que al final cuando todo este hecho, cuando todo haya terminado, justo cuando vemos nuestros más grandes errores y todo lo que hicimos, en ese momento cuando nuestra vida pasa en un minuto, te veré, quizá solo en mi mente y mi corazón, de pronto solo logre recordar aquella tierna niña de 6 o 10, pero eso si te prometo, me iré de este mundo pensando que fuiste mi más grande alegría, triunfo y lo que más atesorare. Porque sin importar los años eso serás para mí, así yo esté en Roma y tú en Pekín.
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Dime ¿Que Hacemos?
Dime que hacemos, ni te amo ni me amas, no te conozco ni me conoces, ¿qué hacemos entonces? Que nos queda acaso si después de intentarlo, de probarnos y saborearnos descubrimos que no somos lo suficiente el uno para el otro. Qué pasa si tus dulces y salados no son suficiente para mi paladar, y si tu exquisito paladar no soporta mis idas y venidas. Qué hacer si no nos soportamos pero nos queremos, si aun a pesar de todo mis ojos te ven grande, maravilloso y esplendido, y tu mirada callada me dice lo que tus labios nunca alcanzaron a pronunciar. Dime, porque yo no soportaría perderte aunque no te tengo, no alcanzaría la vida para disfrutarla contigo aunque no lo quiero. Y si nos retamos a intentarlo de nuevo, y si nos vemos a los ojos, tú con tu cielo y yo con mi tierra, nos miramos nuevamente, a través de lo erróneo, sin ver lo demás, solo tu alma y la mía, aunque no lo creas. Porque a pesar de no ser el uno para el otro, sin importar que tú seas sol y yo luna, valdría la pena mirarnos otra vez, como dos aves que después de millas se encuentran como la primera vez, misteriosas y alegres, porque a tu lado solo podría encontrar la primera vez cada día. Porque te desconozco cada día, y tú me recuerdas cada noche.