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Con Infausta Indumentaria

CON INFAUSTA INDUMENTARIA

Las lomas suben solo al pozo que pasa
que pesa la luna extraña presa
que cuenta los cuentos en cuencos
dando al dátil versátil limones
donde el dúctil verso alumbra
dando al sentir saber amargo
donde el soñar acaba lento…

¡Con la niebla en flor colgante de una estrella
por la frente de un zapato con la seda
del manojo de sonrisas y frutos yodados
al entrar curiosas las débiles estatuas
en el jardín grotesco solemne sombra
sobre la espada en peligro inmutable
bajo el espejo arrepentido inservible!…

Porque aquí las conchas se erizan
bajo el viento oculto de los vidrios
que al agua dejan en suavidad purpúrea
por más que limpio la cueva suene
con el suelo que sueña el cielo
en la luna de lana de lonas hablando
¡Dentro de la dureza del aliento calcinado!

Las lomas suben solo al pozo que pasa
que pesa la luna extraña presa
que cuenta los cuentos en cuencos
dando al dátil versátil limones
donde el dúctil verso alumbra
dando al sentir saber amargo
donde el soñar acaba lento…

¡Con la niebla en flor colgante de una estrella
por la frente de un zapato con la seda
del manojo de sonrisas y frutos yodados
al entrar curiosas las débiles estatuas
en el jardín grotesco solemne sombra
sobre la espada en peligro inmutable
bajo el espejo arrepentido inservible!…

Porque aquí las conchas se erizan
bajo el viento oculto de los vidrios
que al agua dejan en suavidad purpúrea
por más que limpio la cueva suene
con el suelo que sueña el cielo
en la luna de lana de lonas hablando
¡Dentro de la dureza del aliento calcinado!

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Del texto y la imagen.

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Contrición Evaporada… (Ultraísta)

CONTRICIÓN EVAPORADA
(((Ultraísta)))

La tarde guardó el silencio liso
junto al aire del rincón doble
esperando al frenético perfume
Escrito con agua en la calle

Sangrando a las mudas tinieblas
De arena
Cubriendo al tiempo endeble
Del color del calor hecho espejo
Masticando los meses en vidrios
fallecidos cortando un lirio

Anochecida la música escurría
en la mano del mañana
Cada ala exhala aves dormidas
Confesando al avión desempleado
Las desdichas del parque lejano
Parsimonioso bajo el agua febril

Un desierto en discrepancia duro
Como desenrolladas agujas quemándose
Al desdoblar el prurito
embalsamado interpiernoso del incendio

Autor : Joel Fortunato Reyes Pérez.
Tanto del texto como de la imagen.

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Impertérrito Rebenque

IMPERTÉRRITO REBENQUE

De la locura el cruel vértigo hace orugas,
que desgajan al marfil cada blancura.
¡Y al otoño en vano secan!. Ahogadas.
En las penas perdidas encendidas. Hoy.
En la espantosa grandeza del indiferente.

Ven, y morirás conmigo alegre. En un canto.
Bajo las ruinas de un bostezo. Estéril.
Con el audaz frontispicio en el zapato,
en el cuerpo claro de una cadena rota.
¡Vayan las extrañas cañas al lucero esquivo!.

¡Ya la eternidad necesita un descanso!.
Y los dátiles las praderas marinas,
y la leche flores calientes ligera.
Con la espiga de fortuna ingrata,
en la brasa del azúcar por el suelo.

Las copas al aguardiente calman. ¡Sapos!.
¡Y todas las ventanas miren madrugadas!.
¡Y el dolor nevado cultive volcanes!.
Con las heridas pupilas del durazno,
en las puertas donde mueren primaveras.

Por el barro sin consuelo del pantano,
las piedras con las palomas hablan,
a los topos de la vieja encina.
Y agazapado un deseo las manos mueve.
¡No soy callado!. ¡Soy mudo y nada mudo!.

El azul de las abejas es rojo a una hormiga.
¡Y sin saberlo la tristeza escapa!.
¡Toma, el cielo es de oro y usa botas!.
Porque la ventisca es fresa grande,
del infinito donde los sueños viven.

¡Elévate, levántate!. Mira el pequeño muro.
¡Más grande es el hombre en su bajeza!.
Ya nada puede despreciar de la injusticia.
Es dueño de la impureza y la ama.
¡Sólo se arrepiente y hay perdón automático!.

El recuerdo nítido de la consciencia es neblina,
brillante, el portal del éxito arrogante.
¡Estoy muriendo sin sed!. Bello oasis.
Las paredes felicitan al escarabajo.
¡Y las estrellas expulsan cualquier culpa!.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Del texto de la imagen.

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Envilecimiento Desmesurado

ENVILECIMIENTO DESMESURADO

Azulada sombra asombra al temor vano,
porque al aire arranca su misterio,
que de tenebrosa tinta la luz sale,
del esplendor conservando las huellas.
¡Entre las plantas que duelen al cielo!.

Lento el suspiro, las ventanas adoran,
donde la eternidad palpita y se agiganta,
en el ángulo del silicato doble.
¡Tan lindo espejo en su ardor!.
¡Por el llanto que consterna a un búho!.

Las aves de la huerta se fatigan.
¡Ya no cabe más blancura!. Ni hay huevos.
El corazón desayuna el olvido. Y calla.
Con la manzana del gusano bendita.
¡Y los manantiales se quejan solos!.

Amarga es la limosna de sonrisas,
por las humanas carrozas del estiércol.
Se difunde grata y se desata. ¡Hábil!.
Y ningún desenfreno es igual a otro.
¡El sordo golpe camina de espaldas!.

Los retos solo lanzan los retratos,
donde el foso se agiganta jugando,
en la noche de férreas lámparas,
al venturoso vuelo del martirio.
¡La piedad y la injusticia vomitan juntas!.

El suelo malhumorado mal muere,
reclamando la imprudencia al agua,
con la voz del vegetal desgreñado.
¡Un cordero se afana!. Y ríe un pescado.
Las velas ofrendan al barco. En la arena.

El sueño duerme sin sombrero. En la luna.
Un breve instante corre. De cabeza.
Y la luz herida olvidó la sombra,
el himno encarnado en la tristeza.
¡En una legión de nudos ágiles!.

La bruma abruma el pecho abierto,
y la cuchara devora el hambre. ¡Injusta!.
Por el rostro melancólico del Tic-Tac.
¡Las piedras preciosas no son dulces!.
Y las ausencias buscan donde instalarse.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Del texto y de la imagen.

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Autenticidad Homogénea

AUTENTICIDAD HOMOGÉNEA

Al sol, que para todos amanece,
hasta el menguado que todo lo cercena,
inundando de luz toda la esfera,
me parece un lívido presagio de tormento.
¡Beldad desterrada del Paraíso!.

A su vez, muerta, la pasión que mata,
y el corazón una prisión es para el sueño,
donde el amor enriquece al más pobre,
del sol la luz me pareciera triste,
y en la lengua un gusto a sangre queda.

Al terminar mi sueño sobre mi frente,
selva sonora del panteísmo es opulenta,
y besa con las pupilas serena la corriente.
En tanto, alma y cuerpo son anhelo, uno solo.
¡Cuando pasan los líquenes las rondas ondulando!.

Buscaba mi alma al despertar la aurora.
Sin embargo, fue siempre caminos de ruido,
en la libre religión de las ideas mieles.
Mudos de espanto escuchan. ¡Cuando ausente estoy!.
Entre el bravo oleaje mar de almohada.

Del gigante corazón su vuelo brilla,
caminando de costado,
con las pestañas de sal de ajo,
y el huracán descansa. ¡Me hace dudarlo!.
En el cáliz de la muerte cotidiano.

De hierro unas lágrimas se asoman,
quitándole barcos a una vela,
con las plumas de langosta,
y la venganza de lengua inquieta.
¡Ya disfrutarán su muerte!.

La madera hiere al fuego se secas hojas.
¡Aunque la música sangre!.
Y eternamente mire cara a cara,
preguntando al hielo de fracasos,
donde sabe todo la tierra del cristal.

De este tiempo las espinas felices,
publican los racimos de los días,
en la morada crepitante.
¡Del membrillo fresco en la mesa!.
Y la noche me dice: ¡Que sólo estoy!.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Del texto y de la imagen.

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