La mitad de una sonrisa se dibujaba en su rostro:”¡Hasta pronto!” me dijo , y fué entonces que lo supe , no regresaría . No era una promesa era un adiós disfrazado de esperanza .
En aquel momento juro que con todas las fuerzas que emana mi humanidad , quería detenerla o tan solo tomar su mano y rogarle que no se fuera ; de aquel lugar ; de aquel día, de mí.
¿ Habría servido en algo mi súplica ?
¡ Probablemente no !
Porque ella es de esas mujeres que deciden una sola vez y por todas. Tiene determinación ; aunque parezca confundida . Por tal razón , ante puse mi sinceridad y respondí : ¡”Adiós”!
Mientras ella se alejaba en la soledad de aquel autobus fantasma . Así , poco a poco se desvanecía, en el recorrido de un largo camino . ¡ El que ella decidio tomar!
Yo seguía ahí , de pié, odiandome en aquella tarde.
Una parte de mi decia:
“¡Ve por ella cobarde”!
Y la otra simplemente, la otra en voz muy suave exclamaba:
Sigue tu camino has hecho lo correcto”!
By Steffany Roessler
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