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«ERES»

Eres la razón de mis anhelos, delirios e ilusiones, eres ángel terrenal que divaga en decadente sociedad, buscando hallar la vital felicidad que en el cielo ha de habitar, eres sueño cautivo en la alcoba de mi infante corazón, eres viva inspiración de pintor, compositor, artesano o escritor, tu piel es claro de luna tendido en las manos de la indomable sabana, tus labios son el almíbar que endulza cualquier amargo desaire, esos mismos labios que contemplo cada día, derrochando a cuenta gotas la más sublime dulzura, tus ojos son lagos cristalinos donde quisiera caer y perderme en sus aguas y así sin temor vivir perdido dentro de ti, tu lacio cabello desprende fresca fragancia, al igual que tu cuerpo de tan esbelta silueta, tu nombre es símbolo de logro y grandeza, tu angelical mirada me atrapa y arroja a senderos de infinitas fantasías, en ti residen tristezas, nostalgias y alegrías, ser parte de tu vida es el más grande regalo, como el que recibe un niño el día de noche buena y su alma renace en gozo y la más vivaz inocencia se crece en su espíritu, así me siento en instantes, cuando tus palabras acarician mis sentidos, quizá olvide recuerdos, quizá olvide derrotas, quizá olvide el silencio, pero a ti nunca «VICTORIA».

Carlos Luque


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Contigo El Sexo Era Más Que Sexo.

Hola cariño.
Perdona que te escriba, sé muy bien que soy una molestia, una piedra en los zapatos de la que no puedes librarte, sé que no quieres verme ni saber de mi, que me odias y te arrepientes de haberme conocido, que para ti soy lo peor. No te preocupes, a veces ni yo me soporto y hasta niego conocerme para no apenarme a mi misma, no es solo cosa tuya, estoy un poco loca y no me culpo espero tu tampoco me culpes ni te culpes.
Sé que me odias, sé que darías la vida solo por verme infeliz, y que harías fiesta si un camión me aplastara los pies.
Pero amor, el que me odies no me afecta, no me afecta ni lo mas mínimo, porqué sé que es mentira, el odiarme es solo un camuflaje para ocultar lo mucho que me amas, sé muy bien que por las noches, cuando llegas de trabajar, y entras cansado a casa, deseas que este ahí y deseas tener sexo, de ese sexo salvaje y descontrolado al que te tenía acostumbrado, que cuando te duchas piensas en mi, y que cuando te coges a cualquier puta siempre piensas en mi, por las noches en tu cama me deseas, y extrañas verme caminar sin ropa.
Yo también te extraño, no me apena decirlo, me odias por haberme ido así, sin decir nada, pero ya sabes lo inestable que soy, tenía miedo a enamorarme de ti. Te contaré un secreto, cuando teníamos sexo, sentía que mi cuerpo temblaba y que la cama no era lo suficientemente fuerte para soportarnos, cada parte de mi cuerpo te deseaba y extrañaba tu boca cuando se aparta, no te lo puedo explicar, pero contigo el sexo estaba dejando de ser sexo, era mas, no se si me entiendes, me estabas enamorando, mientras me follabas yo sentía que te pertenecía, no sabes el miedo que me dio, yo siempre sentí pertenecerme, no soy la clase de persona que pertenece a otra.
Yo lo siento.

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Universo

Viajo por el equinoccio del sol

donde la luz recorre el eco del universo

Busco la voz de la esperanza

el llamado del viento

porque soy el alma del mañana

La poca distancia que alcanzan los cantos azules del mar

se han ido

mientras acojo el silbido huérfano

que respira la bifurcada caricia del aguacero

A veces si a veces bebo de los manantiales

aquella sabia divina que se diluye a cántaros

cayendo dos veces del confín de la eternidad

Dos veces que el futuro se presenta con sus manos abiertas

para luego cantar la danza imperecedera del sentimiento

Pero a pesar de todo

el cosmos del imperio se disipa por los espasmos

Para volar entregando nuevos continentes

al planeta inquieto de agua

La voluntad contraria

Que navega por los infinitos del firmamento

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Elevación

Juró que podía ver su alma a través de esos enormes ojos verdes, jamás había sentido tanta seguridad, seguridad que tambaleo cuando él poso su mano en su mejilla acercando muy lentamente su rostro frente al de ella, podía percibir su respiración tan cálida y suave rozando sus labios, la miraba con tanto deseo que una energía recorrió su cuerpo y como si él lo supiera comenzó a tocar su cuello con las yemas de sus dedos seguido de su aliento chocando contra su piel generándole la excitación, un beso, un pequeño beso basto para que su cuerpo se descontrolara y llevara sus manos hasta su espalda acariciándolo por debajo de su camisa, esto fue una señal muy clara para él quien la llevo hasta la pared sin importarle que estaban en el pasillo de un edificio frente a la puerta de su departamento, lo único que importaba en ese momento era no perder esa aura de calor.
Él recorrió todo su cuello con la boca, poso su lengua trazando un camino que descendía abriéndolo con sus dedos que desabrochaban los botones de su blusa, ella sentía sus labios calientes recorriendo su pecho lo que la hizo gemir un poco y aferrarse a su espalda dejando la evidencia de sus caricias con sus uñas, el suelo fue testigo de ver caer su blusa seguida de una camisa. Él levanto su rostro para mirarla como tratando de reconocerla, se notaba enrojecido, ella aún con la seguridad tambaleante lo tomo del cabello y acerco su boca a la de él besándolo con primor pasando su lengua por sus labios como quien lame un hielo que quiere derretir continuando con pequeñas mordidas en su labio inferior que provoco un diminuto quejido por parte del sometido quien recorrió su cuerpo con sus manos descansando en sus caderas acercándola a él sin ninguna escapatoria, continuo su recorrido mientras ella le endulzaba el oído teniendo como destino sus glúteos los acaricio con ansias al igual que a sus piernas que las elevo con rudeza hasta rodearlo con ellas, la acerco con más fuerza a la pared y comenzó a morder su hombro, ella se encontraba en pleno ardor con escapes de entrometidos gemidos que para él en ese instante se convirtieron en su cosa favorita, friccionaba su piel contra la de ella quería sentirla suya deseaba asegurar que solo era de él, entonces dejo caer sus piernas al suelo hasta que ella pudo mantenerse en pie volviéndola hacia la pared comenzó a enrollar su falda hasta su espalda para después llevar sus bragas por debajo de sus glúteos al mismo tiempo que desabrochaba su pantalón con tal vehemencia como si el tiempo estuviera por agotarse, ella percibió el roce de sus manos en su cadera y su aliento rebotando en su nuca, comenzó a sentirlo dentro con una continua fricción ardiente que le erizaba la piel, la sujeto del cabello y con voz sofocada le susurro.
– Podrás tocar las estrellas…

Licencia Creative Commons
Elevación por Karen Pineda se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
Permisos que vayan más allá de lo cubierto por esta licencia pueden encontrarse en https://cuentosypoemas.com/es/author/keii.

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La Muerte…



Había una vez un hombre llamado Ralph que tenia mucho miedo a la muerte, tanto que no quería salir de su casa por si le pasaba algo. Un dia se atrevió a salir de su casa e ir al campo que era lo que mas le gustaba. Al caer la noche y de camino a su casa se encontro a un hombre de negro con capucha y una guadaña, era la muerte.

M: Hola señor,soy la muerte, ¿es usted Ralph?

R: Si soy yo, que sucede.

M: Mira estoy tan seguro de ganar que te doy toda una vida de ventaja…

El hombre impactado por lo que le dijo se fue a su casa y no salio mas en toda su vida.

FIN

 

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