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Cuando Las Letras Hablan

Cuando las letras hablan.

Prologo.
Llegarán momentos de tu vida en que tal vez no sepas qué decir o qué pensar. Por eso, es mejor dejar que las letras hablen. Escribir es una terapia con la que me estoy reconciliando. Solía escribir poemas, reflexiones, reflejo de mis sentimientos, pensamientos, todo espontáneamente. Eso es algo de lo que intentaré hacer aquí. Sin embargo, este maravilloso viaje que todos llamamos “vida”, nos lleva por lugares, personas, momentos, que marcan y moldea la persona que somos hoy. Seguramente en el camino hayas perdido y encontrado muchísimas cosas. Debes agradecer siempre haber perdido o encontrado, ya que es parte del aprendizaje. Las heridas sanan tarde o temprano, aunque por ahora no lo veas. Imagina por un momento que tu vida hubiera sido diferente, que hubieras podido cambiar todo lo que no te gusta con tan solo oprimir un botón. Te hubieras ahorrado mucho. Todos queremos evitar y ahorrarnos antas cosas que en ocasiones son inevitables. Velo de este modo, reflexiona en lo siguiente, ¿sabes cómo se forman las perlas? Las perlas naturales se forman cuando un cuerpo extraño, generalmente un grano de arena, se introduce al interior del cuerpo del molusco, que reacciona cubriendo lentamente la partícula con una mezcla de cristales de carbonato de calcio y una proteína llamada conchiolina, formando la sustancia conocida como nácar, que es la sustancia que recubre las paredes interiores de las valvas del animal. Al cabo de un período variable la partícula termina cubierta por una o más capas de nácar, formando una perla, y tardan aproximadamente 10 años en crearse. Ahora bien, no pienses que este proceso no es doloroso, pues sí que le duele al molusco cuando algo ingresa y lo raspa debiendo aplicarle su preciado nácar. Con tu vida ha sucedido algo similar, llegan cosas que te lastiman, pero tarde o temprano se convierten en perlas. ¿Cómo puedes asegurarte de que efectivamente sea asi? Bueno, volviendo al ejemplo de la ostra, usemos nuestro nácar. Tenemos herramientas que vamos adquiriendo a lo largo de nuestro viaje. Te corresponde a ti saber qué tipo de herramientas vas a usar, y cuáles vas a desechar. Cuidado con las personas nocivas, rodéate siempre de individuos que sumen a tu vida, no que resten.
También, asegúrate siempre de usar tu cerebro antes de que se deteriore con los años, piensa bien el rumbo de tus hechos. No olvides que tu cosecha dependerá de las semillas que siembres. La felicidad está en disfrutar el camino, del paisaje, de las personas, de ti mismo. Sé siempre tu propio amigo, de ese modo podrás estar bien con tu prójimo.
¿Descubriste qué es una perla? Las perlas, son tus cualidades. Las letras que escribas hablaran por ti a medida que tu nácar vaya formándolas.

 

 

 

 

Tal Vez…
Tal vez un día sepas que las cosas no son como esperamos
Que hay lugares y hechos que no miramos
Tal vez un día entiendas que no siempre van a entenderte
Nadie vive tu vida, y nadie sufre tus sufrimientos, por eso no llegan a vivirte y no llegan a sufrirte
Tal vez con el tiempo veas que a pesar de todo, las cosas cambian
A todos nos toca asumir esos cambios, buenos o malos, si nos gustan o nos disgustan
Tal vez algún día comprendas, verdaderamente, que debes Aceptar, Perdonar, Mirar, Perder, Encontrar, Añorar, Actuar, Hacer y Deshacer, Romper y Arreglar.
Y, para todo esto, sobretodo y más difícil, tendrás que Amar.

No es lo mismo…
No es lo mismo Mirar que Ver
No es lo mismo Escuchar que Oír
No es lo mismo Hablar que Conversar
No es lo mismo Caminar que Andar
No es lo mismo Comer que Degustar
No es lo mismo Tomar que Beber
No es lo mismo Estar Vivo que Vivir
No es lo mismo Leer que Entrar en la Lectura
No es lo mismo Dormir que Soñar
No es lo mismo Perder que Dar por Perdido
No es lo mismo la Tranquilidad que la Paz
No es lo mismo Estar Contento que Ser Feliz
No es lo mismo Encontrar que Encontrarse
No es lo mismo Estar Triste que Ser Triste
No es lo mismo Perdonar que Perdonarse
No es lo mismo Amar que Amarse

   Sonreír

Es valentía, casi rebelde
Sana, alivia, va y vuelve
Es un acto de amor
Que das tu calor

Quitas dolor, en el corazón
Saca tristeza

No tengas pereza
Das una imagen, sales del margen

Eres feliz

Si das tu matiz

 

El Cambio
El cambio es movimiento
Adelante o atrás, izquierda o derecha

Adonde va el viento
Por fuera o por dentro
Es un maestro.
Es bueno y es malo
Duele y calma
Abraza tu alma.
Es muerte y es vida
Lo sabes de oídas
Lo vives en vida.
Siembra y ciega
Ama y navega.

Las olas del cambio
Son fuertes y suaves
Cual brisa del mar
Refrescan si sabes.
Camina el camino
Es fiel el destino
Lo dice El Divino

 

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De Todos Los Destinos En Mi Corazón

¡Echar anclas!, mirad aquella sinfonía en piano

Escuchad a nuestro leal silencio, siendo él

Sientan las sabanas, impregnadas de buen augurio

Contemplad aquello, presagiando querer

¡Mi amada!, contemplad-me acudiendo al recuerdo

Mermando ideas de olvido con banalidades

   Abrigando en mis manos un caudal de momentos

Trayendo tempestades a tus otorgados mares

¡Escuchen todos!, negaos a concebirla Quimera

Aceptad este fragmento de realidad sin mezquindad

Vean lo cierto en la farsa

Aunque hiriente resulte esta contrariedad

¡Señores!, Ostentosos lugares cobijo en este mundo

Un orbe que una vez entregue

¡Mi amada!, te cristianizaste en mi mundo

Un mundo en el que anclas eche

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El Fantasma De Mi Agonía

Adios amor mío cuida de tu corazón y de tus pasos
Mientras el fantasma de mi agonía devora mi felicidad
Vuela libre como las aves sobre los páramos

Escapa de mi, dejame embriagarme de soledad

El río de lamentos se lleva tus recuerdos dolosos
El cielo deja caer sobre mi relámpagos estruendosos
Y no niego que aún te necesito, que te extraño
No importa que pasen horas, días o años

Bebí de tus lagrimas en un cáliz de cristal
Llevaste contigo mis sueños y mi libertad
Permanece el nectar de tus besos en mis boca
Pero mi corazón se ha vuelto suave como una roca

¿Que si te quise? Te adoré con toda el alma
Te veía en cada reflejo en el fuego y en el agua
Fuiste mi sueño más profundo y más largo
Fuiste el licor más dulce y el caramelo más amargo

Y ahora esto se vuelve cenizas grises y opacas
Los intoxicantes besos y los crudos abrazos morirán
Ahora nuestra historia son solo páginas blancas
Pero mi alma y corazón hasta el fin te acompañarán

-Vicious

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Poético Es Efímero

Es increíblemente paradójico entender que la única temporalidad asociada a lo poético es la fugacidad de una supuesta eternidad. Los romances, las verdaderas historias de almas deshaciéndose, no tienen lugar para los detalles engorrosos de los desgastes que el tiempo produce: la pasión solo alcanza para entender algunos besos, algunos roces de la piel y si es necesario romper la monotonía del contacto, un episodio confuso que termine solucionándose de maneras irreproducibles para una mente lógica, y probablemente repugnantes para cualquiera que apele a tener un vínculo sano. Romeo y Julieta, por ejemplo, una de mas historias de amor más emblemática de todos los tiempos. Jovencitos con las hormonas alborotadas se enamoran y, pese a un pronóstico poco favorable, logran concretar encuentros en los que se dicen ese amor, una y otra vez. Se dicen, si, decirse, el arte que se perfecciona en los primeros momentos, cuando uno entiende en la mirada del otro el deseo desesperado por cumplir cada una de las promesas que hace. Pero cuando podían llegar a dar un paso hacia esas promesas, dar un salto más allá del decir, los personajes eligen una sola acción drástica: morir uno junto al otro, inmortalizando así su historia como el relato de un amor breve pero intenso y sincero. En la común interpretación, la muerte de ambos personas debería ser un recurso para agregar tragedia al marco de un amor prohibido que al concretarse los hace perecer, no se entiende bien si a modo de castigo o simplemente como una carcajada cargada de infortunio, una jugada cómica del destino riéndose de los amantes que intentan tocar el cielo con los manos y terminan coqueteando con el infierno más profundo. Yo creo que existe una perfecta razón para que Romeo y Julieta murieran luego de algunos besos, cuando todavía Romeo entendía, lejos de cualquier pensamiento coherente, que vivir sin Julieta era algo que carecía de sentido. Vivieron sus últimos momentos profundamente enamorados, y murieron sumergidos en ese mismo sentimiento, hermoso e incorruptible. Que iba a suceder si esto no pasaba? Iban a continuar una vida de pasiones desenfrenadas, de decirse tantas cosas, de adrenalina pura propia de ese culto a la irracionalidad? Lo más probable es que, pasados unos años y según las circunstancias, Romeo tuviera que pensar varias veces antes de morir por no soportar la ausencia de su amada. Esto, claro está, si seguían juntos, si no descubrían pasados los dos que tenían diferencias irreconciliables que no querían (sin siquiera considerar las posibilidades) intentar solucionar. En caso de continuar juntos, lo más probable es que Romeo no decidiera sacrificar los instantes que aún le pertenecían solo por ser víctima del dolor, sino que, aún cuando esta posibilidad pueda contemplarse, se prestara a sufrir terriblemente, cargando un duelo insoportable, tal vez llevando el dolor de maneras que a otros le parezcan imprudentes. Pero la realidad es que lo drástico de aquella escena, de la total pérdida de la razón, es propio de la fugacidad: nadie permanece (o debería permanecer) tan inmune a la muerte y a la vida, tan presa del otro, más allá de los primeros encantos. E incluso hay instancias mucho más reproducibles a nuestros ojos que la muerte que hablarían de todo menos de versos, de amor, o de algo que se le parezca al cariño. Romeo nunca notó las contradicciones de Julieta e intentó desentrañarlas, decepcionado, para después darse cuenta que le fascinaba su complejidad. Julieta no intentó descifrar si Romeo mentía, si reía genuinamente, si valía le pena cuando la hacía llorar un par de veces pero después entendía las cosas mejor que nadie. Romeo no se enojó por una insignificancia y sintió que nada valía la pena. Julieta no malinterpretó una palabra de Romeo y lo dejó hablando solo, enojado, lejos de una reconciliación. Romeo y Julieta se encontraron, vencieron las rivalidades, se dijeron algunas cosas y una vez lejos de todo comienzo, se fueron. Nunca se conocieron, nunca se miraron en sus peores circunstancias pensando si la persona que tenían enfrente era efectivamente algo, al menos un esbozo, de esa que hacía tiempo les quitaba el sueño, para acto seguido darse cuenta que quizás no, que querían irse, que no estaban donde tenían que estar. O para darse cuenta que no, pero que tenían enfrente algo mucho mejor y más real. Todos los felices para siempre esconden una cantidad de circunstancias que hablarían de lo obvio, lo mundano, lo que nadie quiere escuchar: conocer a alguien y mirarlo sintiendo que no necesitas nada más no es el fin de ninguna historia, no es el esbozo de un camino perfecto, sino una sensación efímera que no sirve más que para acercarnos a alguien que tenemos que conocer, arriesgándonos a que lo más parecido a un “para siempre” que tenga para ofrecernos sean algunos días de palabras dulces y buenos deseos compartidos.
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