Unos días me siento melisa y otros días pimienta, en ocasiones mis pensamientos están enredados como tallarines en el almuerzo,
A veces me siento tan usada como tela de limpia piso y tan aplastada como tortilla de disco,
Pocas veces me siento deseada como postre de helado después de almuerzo y muchas veces odiada como sin sal para la ensalada.
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Pasas horas frente al computador buscando cual se ajusta mejor a tu colección
Recorres las tiendas, no miras el precio, pero si su apariencia. Que no te gusta el estampado o que es muy grande y te sientes abismado
Finalmente tienes según tú el indicado, ese de la marca registrada. Lo tienes entre tus manos sabiendo que te salió caro, ya todos lo tenemos claro
Sales a la calle, y ves que la acción que hiciste tal vez fue la equivocada
Si hubieras mirado a tu alrededor no te hubiera salido caro, porque ese perrito en el callejón abandonado no es grande ni estampado
Ese perrito no es de etiqueta, pero no lo viste y sus ojos estaban triste y solo te fuiste
Volviste y entendiste que aquel perrito necesita ser querido y no hiciste fila ni recorriste tiendas para encontrar el indicado.
Despedida
Tengo miedos guardados en el ropero y risas bajo la almohada, Tengo resignación bajo la alfombra y tristeza en el basurero, Tal vez cuando te vayas, resignación este sobre la mesa y yo en el basurero, Tal vez ese día los miedos estén bajo mi almohada y las risas escondidas en el ropero.
La Pintura, Una Bella Poesia

del pincel a la pluma muy
enamorado.
Soy un ser apasionado
que escucho, respiro y creo.
No necesito que me llamen poeta,
para alcanzar una meta,
con mil formas
y un grito lleno de normas
Soy un ser apasionado,
que le gusta dibujar el atardecer,
con pluma, pincel y papel.
Busco la manera de no enloquecer,
pero si embellecer.
Busco un lugar,
para poderme inspirar.
Miro el sol, miro el mar
y me siento a proclamar,
con pequeños detalles.
Describo lo que veo
desde la pequeña flor,
hasta el profundo azul del mar.
Miro mi mano y me pongo a llorar,
mis pestañas mojadas
y mi papel arrugado,
me ayuda a proclamar mas.
Ausente
Barton era un niño de diez años, delgado, cabello rubio y de ojos azules. La mayor parte del tiempo lo pasaba en su habitación; era grande, tenía dos grandes ventanas y un balcón, las pared, las paredes estaban pintadas de azul y el techo de color blanco. En una de las paredes tenía dos grandes estantes, uno lleno de juguetes como; robots, superhéroes y carros. El otro estante estaba lleno de todos los trofeos que había ganado en las competencias de karate, natación y fútbol. En la pared opuesta estaba un clóset negro, una cómoda blanca y un pequeño escritorio donde hacia la tarea. En medio del cuarto estaba la cama y enfrente (a lado de la puerta de entrada) una televisión y un mueble con una consola de videojuegos.
Sus padres eran abogados de un importante bufete, por eso siempre estaban muy ocupados. Para compensar su ausencia, habían inscripto a Barton en la mejor escuela de la ciudad, en tres clubs deportivos y le compraban todos los juguetes que quisiera.
Pero aunque tenía todas esas comodidades, Barton se sentía solo. Todos los días eran iguales, cuando se levantaba sus padres ya se habían ido, así que desayunaba y asistía a la escuela. Después de clases, se dirigía a uno de los club deportivos. Cuándo estaba en casa, se encerraba en su cuarto y veía televisión o jugaba videojuegos. Los fines de semana eran peor, sus padres seguían ocupados y los clubs se encontraban cerrados, así que no salía de su cuarto. Un día, Barton decidió ir a dar un paseo al bosque. Sus amigos le habían platicado sobre los paseos que hacían con sus familias, pero él no había podido ir con sus padres. Así que ese día se animó a conocer el bosque aunque sus padres no fueran con él. El día terminó y Barton no regresó a casa. Los días pasaron y sus padres no se habían percatado de su ausencia. Hasta que el director de la escuela llamó a su padre. Barton no había asistido dos días a clases.
Sus padres avisaron a la policía. Un vecino dijo que la última vez que lo había visto fue el sábado por la mañana y que iba en dirección al bosque. La búsqueda se realizó por tierra y por aire. Veinticuatro horas después encontraron el cuerpo de Barton en el río. La autopsia reveló que tenía ocho horas de muerto. Las autoridades concluyeron que se perdió y al tratar de cruzar el río, la corriente se lo llevó.
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