Tu, acostada como si nada pasara
Allá arriba donde una gran distancia nos separa
Te hablo, pero no me escuchas
Sabes que estoy allí, pero no me sientes
Lloro, pero ya no secas mis lágrimas
Tengo frío, pero tu calor no esta
Quiero abrazarte, pero me veo obligado a matar las ganas
Quiero despedirme, mi presencia no estaba cuando te fuiste
Dios, ¿por que me la quitaste cuando más la necesitaba?
Ahora que toda mi vida poco a poco se acaba
La valore, pero quizás no lo suficiente
Si acaso es una lección, es muy fuerte
Si este dolor es para toda la vida prefiero la muerte
A ti, te pido perdón por todo lo que hacia
Tu corazón era tan grande que yo no cabía
¿Por que no me di cuenta a tiempo que no te merecía?
Aun estuvieras aquí vida mía
¿Como recibo tu perdón si no me escuchas?
Te necesito aquí para ganar esta lucha
Si hubiera una forma de estar contigo
Sin mapa y brújula iría por ese camino
Quizás mi reloj se canse de esperar
Pero el tiempo de mi amor nunca se detendrá
Quizás el destino me presente un nuevo rostro
Pero no me dará las esperanzas de encontrar curas para este corazón roto
Me despido y de nuevo el viento se roba mis palabras
Con la duda de si algún día podrás escucharlas
Nos veremos en otras vidas o quizás en la misma muerte
Seguiré estando en pie… Deséame suerte
Autor: Jose Jesus Borjas.
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Otoño Sobre Lienzo
Como hilo aliado a una atmósfera tapada,
preciosas pinceladas atavían el paisaje,
de nuevo espacio y ambiente, de tu mirada
al cruzar con la mía para sentir el arroje.
En todo tiempo, en todo punto ajustado,
siguiendo la esencial ruleta de la vida,
cruzando la vereda y los días, lo volcado
para intimar y no hollar el alma herida.
Visto con mis ojos, de los tuyos lo afectivo,
cuando en paseos los sueños levantado,
con el mismo candor al encuentro expresivo,
exhibe la gracia y en mi palpita alentado.
Cada día, de tantas imágenes, únicas horas
tuyas, todo al redor de mano de la razón,
y a estas estampas, el buen amor sale afuera,
de extracto crecido, envuelve el corazón.
En el goce dicha se alarga en la unión forjado,
que abriles es senda al surtir en el ambiente,
plenitud en artes situada y con pasos anidado,
por vivo y sutil fulgor se fija a cada instante.
Ayer lo vi en el salón, paisaje lleva mi poema,
mi estrofa al acento plácido, tono y esencia,
de los colores confiere lo mejor, que panorama
diáfano, pintes de ideales en toda presencia.
Esencia Divina
A la aurora el sol pleno, esencia divina,
de ti mismo ¡luz tan lustre! A lucir el alma
nueva a lo inmune, y al versificar plena,
luz vista en tu nombre y en plétora misma.
Dando emisión al mundo a toda plenitud
de plenitudes, y en único enaltecer precioso,
¡Profecía! ¡Cuán bella! en perenne virtud,
de suma gracia atentas palabras al universo.
Vas entre mis ideas, a lo que, gran alegría,
con la índole total, vas a mi lado, cual si rosa
al amor de la vida, por la luz, única gloria,
con forma perenne, surge tu palabra preciosa.
Así como eres, en un recitar al amor, unida
a la palabra sabia, un verso al abrazo del alma,
líneas de tu rostro a ver los años, plena vida,
y en forma efectiva a la luz de la aurora asoma.
Aprender
Tome, de tus labios,
la savia de tus
dulces mentiras.
Me bañe en la ilusión
de tu aroma.
De palabras, una verdad
ficticia tan frágil
como el cristal. Y el
dolor estrecha dentro de
este pequeño lugar.
Dejando ojos rojos, secos
de llorar, junto a un
saber roto que jamás
se perderá
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