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Carta A Mi Hija Desde Los Cielos.

Querida y Amada Hija:

 

          Si pudiera resumir el amor de un padre a su hija en simples palabras escritas con tanto cariño, sin temor a llorar por la alegría de traer al mundo a un ser tan pequeñito y especial  (que forma parte de mi propia vida).  Podría llegar a la conclusión, que faltaría escribir tantas hojas en un libro de vida realizado de puros sentimientos, que este propio libro, por si solo lloraría, al ver en su última hoja aquel ingrato y solitario punto Final.

          Cuantas lágrimas de alegría han caído de mis ojos, al ir descubriendo con el paso de tu corta edad, tus risas, tus pequeñas locuras y aquellas gracias de pequeño ser, que con el paso de los años, la han vuelto de niña a una hermosa mujer.  Muchas veces me has hecho pensar que mis sentimientos son de rocas sólidas y que no he aprendido a llorar, pero mis mayores lagrimas nacieron a raíz de tu causa, cundo llegaste a este mundo y me enseñaste con cuatro palabras de tu tierna boca que me llamaron Papá.

            A veces las distancias, motivos de la vida o circunstancias,  dividen a las personas y las alejan o simplemente las separan de su destino. Pero como dijo nuestro señor Jesús Cristo, todo se resume en Amor y si la base de este amor es sólida, el amor nunca muere, aún más se fortalece enormemente, volviendo las distancias gratas al saber que muy lejos existe alguien que te extraña y te ama.

             Tú camino recién empieza y quiero ayudarte a caminar, siempre seré tú guía para evitar verte un día tropezar, no cambies nunca tu inocencia de niña, no pares de soñar porque aunque el mundo se vista de crueldad, siempre existirá una persona que te ayude de verdad.

           Te amo hija tu papá que esta en los cielos.

 

 

 

 

 

 

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VIVIR UN POCO

 

1

Siento  la noche llegar y junto a ella un frio infernal. Mis pasos no son los mismos de antes, mis pies tienen miedo al andar. Rindiéndole tributo al terco, busco lo que no encontraré jamás.Busco tu mirada al despertar, tus cabellos al sentir la suave brisa pasar, busco tus pasos, tus pasos débiles, tu aroma en aquella vieja ciudad. Pero sólo me quedan recuerdos, recuerdos tan exactos, tan atrincherados; que a veces no me puedo sobreponer, pues además de estar sin ti, tengo que soportar las inmundicias que trae consigo el mundo. Tanta humillación, tanta bajeza, tanta injusticia. Mis ojos están cansados de ver cómo el pobre sigue siendo pobre. Cansados de ver cómo el rico se hace más rico.Cansados de ver cómo aquellos personajes de altos cargos amedrentan a la gente imponiendo sus leyes, leyes tan improcedentes.Una gran sensación atraviesa mi garganta, aquella sensación deliberada de estar donde tú estás. ¡Caray!, te haces extrañar. Soy tan vulnerable a ti, que voy careciendo de aquella actitud filantrópica a la cual me hacías llegar.  Tu partida no he podido superar. Van pasando los años, y me aferro a la fantasía de verte llegar. Tus recuerdos entorpecen mi mente, me hacen caer, me hacen gritar, me hacen volver a esta intratable realidad. La realidad de llegar a casa y no tener con quien hablar. La realidad de ver cómo tú, papá, le insistes a la vida una oportunidad más, para ser quien debiste ser. La realidad de ver cómo ustedes, hermanos, continúan con aquella actitud prosaica y mezquina. La realidad de ver cómo el hombre se aprisiona en sus vicios. Me enseñaste a no temerle a la muerte, y para ojos de ajenos hiciste mal, pues ahora preferiría viajar ahí. Me enseñaste a amar, a preocuparme por los demás. Pero también hiciste mal, pues teniendo tanto por hacer, me tomo la molestia de sentarme a pensar. Pensar en tantas cosas. Pienso en ti, papá. Ya no tienes mucho que ofrecer para una mujer de estos tiempos, tal vez pudo ser antes, como cuando eras un chiquillo o algo más joven que ahora; pero tuviste la cabeza loca y pensaste que tu dinero podría comprar una galaxia. Ahora ya estás acabado. Te delatan las bolsas bajo tus ojos y el sonido de arrastre que hacen tus pasos camino hacia la cocina. Te apoderaste del sexo más de seis veces al día, dejando de lado las verdaderas oportunidades de ser feliz. Ahora me tienes en estas circunstancias, circunstancias que no me dejan vivir. El miedo de perderte también me empieza a consumir. Y evito pasar momentos a tu lado, para que cuando llegue ese momento no tenga que recordarte tanto. Parece tan absurdo, pero a veces el ser humano lo piensa así, sólo que a diferencia de mí, muchos lo ocultan por temor a ser calificados como locos insensibles. Mamá, hiciste tan mal en enseñarme a amar, tanto que, teniendo tantas cosas por hacer, pienso en ti hermana. Nosotras, que jamás compartimos los mejores momentos. Nuestras vidas están apartadas por un escaparate, escaparate que no te atreves a vadear. Te fuiste, y preferiste adelantarte a la vida, teniendo tanto por vivir. Jamás me hablaste sobre las cosas por las que podía atravesar, viviste momentos que sólo tú querías vivir. Y ante la inocencia de aquellas épocas gané experiencias. Y para ganarlas, invertí tanto dolor, pues de la vida nada sabía. Experiencias que hoy me hacen mujer. Mujer sin ti, sin él, sin ella y sin ellos.

Madre, todavía mi mente mantiene viva la imagen de aquella rosa que nació en tu jardín, aquella que llora y llora al verte partir. Jamás olvido a aquella loca que pasaba a diario cerca a la casa, y miraba mis miradas, diciendo: “¡Otra vez la volví a ver. Otra vez vi sus ojos tristes como ayer!“.

No veo el momento de despertar y vivir un poco, sólo un poco de lo mucho que tiene esta vida. Esta vida que pocos son los que la valoran, pero muchos los que la liberan…

2

Lóbrega.

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Volaron Los Pájaros

Volaron los pájaros, volaron muy alto,

Más allá de las nubes, más allá de los campos.

Volaron callados, fríos, tenues,

Ni una mirada, ni una lágrima soltaron.

Volaron junto al olvido, se alejaron,

Batieron sus alas, fueron al encuentro del ocaso,

 Fueron solos, a nadie invitaron,

Solos y sin despedida, volaron los pájaros.

Volaron de prisa, sus nidos dejaron,

Los que construyeron con amor,

Teñidos de amargura quedaron.

No les detuvo el clima ni los ruegos de su árbol

Siguieron sin fatiga por el largo espacio,

Pues si ya nada quedaba, debían volar los pájaros.

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Corazón De Hielo

Postrado en las garras de vesania,
Se encuentra mi miserable corazón,
La noche me penetra en esencia;
De mi triste desolación.

Los copos de nieve cubren lo que una vez tuvo vida,
Tan utópico fueron aquellos latidos de felicidad,
Congelando todo aquel sentimiento de libertad,
El momento ideal para cortar el hielo de la piel sangrada.

Tan hermoso fue el momento de partir,
Tan majo fue el instante de inhibir;
Todas esas sonrisas sin espíritu de amor.

Mi corazón es tan frío y duro como el hielo,
Mis sentimientos se convierten en anhelo;
Para contemplar cuando el corazón se derrite;
En este oscuro calabozo congelado.

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NO PUEDE MI CORAZON

Es ella como una flor,

una flor que en el verano se marchito

Murió como en las tardes muere el sol

acabo con el encanto que hasta mi amor se murió.

Tiro ilusiones , ilusiones que hoy más tardes la condenan

Se fue huyendo convirtió mis poesías en penas

y hoy que vuelve mi amor se extinguió.

miren que gran dolor

Me duele dentro del alma

Me duele el no poder amarla

Pero mi corazón ya no puede hacer nada.

II

Lleva una llama de amor

encendida en el pecho

que se apago con el frágil viento

por los anhelos de amor que nunca alcanzo.

La rosa poco a poco se marchito, el roció no rego su olvido

Aquel amor de tristeza se volvió un rio

un rio de penas que al fin se secó.

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