Archivo de la categoría: Poemas

Soledad

la soledad me abraza, 
Me deja abrumado,
En mi mente arrasa
Y me deja agotado

Mi querida amiga soledad,
Siempre tan fría y distante
Me tiene atrapado en la realidad
En mi pecho un ataque fulminante

Me siento mal al estar contigo,
No me dejas solo nunca
Siempre siendo mi abrigo,
Teniendo una voz amarga y ronca

Siendo la única a mi lado
No me dejas ni siquiera un instante
No puedo estar enamorado
Por que tu eres una farsante
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Dama De Negro

Lentejuelas urdidas en seda del vestido ennegrecido,
que brilla en la penumbra de la decrepita taberna,
el sonar de tacones rojos de pasión encendido,
complementos de la indumentaria que trastorna.

El corpiño erigido resalta el busto de la cortesana,
mientras toma una copa juguetea con sus perniles,
deleitando a los presentes en real actitud profana,
el misticismo presente en la delicia de tus mieles.

Luces psicodélicas resaltan la belleza de la damisela,
admiradores petrificados ante el acto final de tentación,
el monte de venus en todo su esplendor expuesto,
provocando delirios, una inusual agitada tribulación.

La dama se levanta, hombre erguido la asecha,
codiciando palpar su intimidad, aspira su cosecha,
el prolongado descote en la espalda la piel eriza,
el viento juega con su cabellera que hipnotiza.

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La Amistad





Se han escrito muchos poemas, y novelas dedicados a la amistad.


Amistades inseparables,  rotas o traicionadas. 

 Cuando alguien escribe sobre la amistad es porque ha experimentado alguna vez o  está experimentando en este momento lo cálido que se siente un amigo.


O quizás todo lo contrario,  tenía a alguien que creía su amigo y ya no lo es


Si las emociones o el corazón te motivan a escribir sobre la amistad y lo haces de forma positiva es porque has sentido real y cercanamente lo que es tener un verdadero amigo.
Pero, que digo,  ¡un verdadero amigo!, eso no es tan fácil… aunque tampoco es imposible. 

Un amigo verdadero se puede conseguir, y no sólo uno, si somos capaces de dar. 


Dar amor, cariño, perdón, 

comprensión, perdón, ah ¡ya lo he puesto! Pero es igual el perdon nunca está de más.

De hecho las mejores amistades estan basadas en perdonar al amigo en cuestión, que al fin y al cabo es un ser imperfecto que con toda su buena intención también se equivoca. Igual que nosotros… 

Por ser una de esas personas que sabe lo que significa tener amigos verdaderos, aqui os dejo mi canto a la amistad.

LA AMISTAD
Un sentimiento muy grande
que ha nacido del cariño
que se expresa y que se escribe
y a la vida da sentido

El corazon la mantiene
tan fuerte como una roca
por el amor que se siente
pues es lo que la provoca.

Que bello es poder tenerla
y sentir que nos abraza,
el saber que es verdadera,
y el ver como nunca falla.

Que no me falte yo pido
esta joya tan valiosa
este tesoro tan lindo
que me hace sentir dichosa.

Este canto a la amistad
con cariño lo dedico
a los que hoy puedo llamar
mis verdaderos amigos.


Y tú,  ¿que crees que hace falta para conseguir tener un amigo de verdad?

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Recóndita Tenacidad

RECÓNDITA TENACIDAD

Con mano dura modela,
el pebetero estratagemas,
grises labios en la luna,
y dulces estrellas.

Delicadas tardanzas ajenas,
en busca de un gemido,
de ágata en la cintura,
con el perfil del consuelo.

Pintor, escultor y escritor,
huye de la abierta cerradura,
acuarela, olor de quebranto.
Y fija el dolor con ardor.

Demasiada nieve frágil,
es el horno del sueño.
Y haz las sirenas plumas rojas,
torciendo, al viento sereno.

De mil formas indomables,
a las horas deja quietas,
sin miedo, mudo, el acero,
mirando espejos vacíos.

Atento, al porvenir impío,
y sollozante, lejos de todo,
aprisiona las ventanas,
con gesto aventurero.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Del texto y la imagen

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Avinagrarse Cerúleo

AVINAGRARSE CERÚLEO

Es tarde, y la ansiedad crece,
bajo el rojo de las escaleras,
en la sombra, olor a viento,
y en el viento, dolor salado,
un grito palpitante desnuda,
y asciende la fragante luz.

No espera, no desea, no sabe,
que a nadie el cielo escucha,
que a nadie la tierra ignora,
ni siquiera la misma nada.
Por ello, su recuerdo ha muerto,
en el ocaso estéril y perplejo.

Hace ya tiempo, tan lozano,
que pasó la hora, diligente,
por ese grito, del vaivén incierto,
que lleva el cabello risueño,
y empuja sereno al sueño,
con la febril niebla noble.

Viene de un lugar, que embarga,
que hunde la voz del bosque,
y cosechas salvajes flores,
que están más allá del recuerdo.
Tanto que ha sembrado su ceniza,
soñando perlas y alfombras.

Seguramente ya no están,
secas, bajo el sol intactas.
Por eso duermen de pie,
los suaves muros del metal,
los inmensos devaneos riendo,
con el pobre sudor del fuego.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Del texto y de la imagen

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