Peregrino valiente,
se enfrenta a las bestias en las montañas;
mas aún peores,
son las que habitan en sus entrañas.
La vida sigue, mamá,
igual que seguía antes:
viajes de ida y de vuelta,
regresos a tu humilde casa.
Pero no sigue la vida
como cuando en ella estabas.
Abro la casa sin ti,
cierro la puerta dejando
tu habitación desierta
y mis recuerdos llorándote.
No hay día en que no estés
presente en mi presesente.
No hay día en que no recuerde
tu yo diciéndome adiós
cuando yo no supe ver
en tu cara ese adiós.
No hay día en que no lamente
haberte llevado a Oleiros
donde llegó tu adiós
cuando yo estaba lejos
para imperdir el adiós
que me ha dejado huérfana
de ti a quien tanto quise,
de ti a quien tanto quiero.
Te fallé, mamá, y lo sé.
Y no me perdono
no haber sido la hija
de tus sueños lejanos.
Te salí siempre distinta
a lo que tus manos generosas
buscaban en mí.
Fui bohemia y canalla
Fui errática en mis pasos.
Fui brava cuando crecí.
Fui fría en mis abrazos.
No merezco haber sido
la hija que tanto amaste,
la que tenías presente
cuando el adiós te rozaba
por la palma de la mano,
tu niña como decías,
tu hija tan deseada.
No me perdono, mamá,
haber sido la más brava
al luchar por no perder
y perder al aflojarme
tu precioso yo en Oleiros
cuando la noche bramaba.
Querida y Amada Hija:
Si pudiera resumir el amor de un padre a su hija en simples palabras escritas con tanto cariño, sin temor a llorar por la alegría de traer al mundo a un ser tan pequeñito y especial (que forma parte de mi propia vida). Podría llegar a la conclusión, que faltaría escribir tantas hojas en un libro de vida realizado de puros sentimientos, que este propio libro, por si solo lloraría, al ver en su última hoja aquel ingrato y solitario punto Final.
Cuantas lágrimas de alegría han caído de mis ojos, al ir descubriendo con el paso de tu corta edad, tus risas, tus pequeñas locuras y aquellas gracias de pequeño ser, que con el paso de los años, la han vuelto de niña a una hermosa mujer. Muchas veces me has hecho pensar que mis sentimientos son de rocas sólidas y que no he aprendido a llorar, pero mis mayores lagrimas nacieron a raíz de tu causa, cundo llegaste a este mundo y me enseñaste con cuatro palabras de tu tierna boca que me llamaron Papá.
A veces las distancias, motivos de la vida o circunstancias, dividen a las personas y las alejan o simplemente las separan de su destino. Pero como dijo nuestro señor Jesús Cristo, todo se resume en Amor y si la base de este amor es sólida, el amor nunca muere, aún más se fortalece enormemente, volviendo las distancias gratas al saber que muy lejos existe alguien que te extraña y te ama.
Tú camino recién empieza y quiero ayudarte a caminar, siempre seré tú guía para evitar verte un día tropezar, no cambies nunca tu inocencia de niña, no pares de soñar porque aunque el mundo se vista de crueldad, siempre existirá una persona que te ayude de verdad.
Te amo hija tu papá que esta en los cielos.
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Él no escribía,
ni poemas ni poesía.
Él dibujaba su alma,
con letras y cortesía .
No le creían, no sabían,
si era magia o brujería.
Él estaba en medio de la noche y el día.
Quién le diría que sería,
la musa de aquél,
que escribiendo moriría.
Él decía:
– Yo fallecería ! Pero mis ideas permanecerían!
Él murió siendo leyenda, historia.
Siendo luz y fe,
de aquellos que de libertad gozarían…
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Él no. por Alejandro C.A se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.
Basada en una obra en https://cuentosypoemas.com/es/2013/04/el-no/.
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