Archivo de la categoría: Todo Público

Un Cuento De Navidad En La Calle

No me gusta recibir órdenes de nadie. Soy solo yo y nadie más que yo.

9 de diciembre, día de la virgen. Diciembre época de fiestas y locura que nadie controla y yo un adolescente más en esta ciudad maligna y descontrolada que me adsorbe sin piedad alguna.
Una invitación muy interesante llega a mis manos. Fiesta. Algo que no me podía perder. Pero la noticia era si mis padres me dejarían ir sin ningún problema. Lo dicho un no rotundo por parte de los dos. Razones las mismas de siempre, es muy peligroso, solo va a coger malos vicios, etc.
15 de diciembre. El tema de fiesta esta cancelado. Para mis padres claro está, para mí no. Bueno solo faltan unos días para el 24, día del nacimiento del niño Jesús. El día de la fiesta. El día de mí nacimiento.

Seguir leyendo Un Cuento De Navidad En La Calle

Si te gustó, ¡compártelo!

Yo Lo Sé… Y Lo Sabes Tú

Era aquella tarde, en la que Vea me contaba, poco a poco, él como terminaba aquella historia que casi todos los días por las tardes, ella me lo contaba ó me la leía. Éramos muy buenos amigos, que a pesar de que ella fuera mayor que yo por meses; yo la veía con otros ojos, unos ojos de deseo, si, ella me gustaba mucho, desde los tres últimos años que la conocía, nunca me atreví a decirle nada, nunca le dije que ella me gustaba, nunca me le declaré, y creo que nunca lo haré. Y así, observando el atardecer que aun se veía desde aquel minúsculo andén, en la que nos sentábamos a leer, ó a contarnos cosas de la vida. Vea era muy hermosa desde el punto en la que yo la veía. Aun con mis 15 años de edad, Vea era la única amiga a la que yo le podía contar algo, lamentablemente no podía decirle nada sobre mis sentimientos, y que yo estaba enamorado de ella.
Al terminar la tarde, al desvanecerse el sol sobre aquel brillante horizonte, caminamos sobre la acera cubierta de césped, sobre aquellos montículos de forraje, que día a día se formaban gracias a las tempestades de lluvia.
Embrollando su brazo con el mío, caminamos paso a paso, como dos gotas de lluvia que se alejan de la corriente, que se alejan de la soledad, del inconformismo, y sobre todo del sufrimiento.

Seguir leyendo Yo Lo Sé… Y Lo Sabes Tú

Si te gustó, ¡compártelo!

Camaleones Y Mariposas…

Como en otros ciclos, la oruga comienza su transformación a mariposa. Su capullo cuelga frágil de una rama.

Puede ser primavera, aunque no necesariamente. Es mi mundo, yo lo he creado con mi propio código de palabras y de imágenes. Y el orden, la secuencia de los espacios es absolutamente mía.

La oruga se despoja de su vida previa, la de oruga, y lentamente comienza a llenarse de promesas de vuelos, de colores y de mil aromas. La mariposa que aun no es tiene curiosidad del mundo al que llega y se apresura en abrir sus ojos pequeños. La luz intensa duele cuando golpea sus retinas y dibuja en ella árboles y flores. Parece hermoso.

Seguir leyendo Camaleones Y Mariposas…

Si te gustó, ¡compártelo!

La Ventana Discreta

 “Mama siempre decía que la vida es como una caja de bombones, nunca sabes cual te va a tocar”. Forrest Gump

   
LA VENTANA DISCRETA

A Nora

 I

Desde que nací resido en la vivienda que fuera de mis abuelos maternos. Mamá la heredó cuando efectuaron la partición con tío Poroto. En el frente siempre hubo un local que durante años se arrendó para almacén. A comienzos de los noventa, con la llegada de los supermercados, don Cholo cerró la despensa y los inquilinos se fueron sucediendo sin demasiada suerte. Si mal no recuerdo hubo una verdulería, un video club, una remisería, un taller de pintura y un quinto rubro que mi memoria por algún motivo habrá olvidado. Todos se fueron antes de finalizar su contrato. Por suerte, unos meses antes de que mamá falleciera, se instaló Guido, un excéntrico vidriero que suele alumbrar mis días de extrema oscuridad.

Detrás del local hay un tipo casa de tres ambientes con un frondoso jardín, poblado por mis más preciadas glicinas, geranios y malvones.  En el fondo hay otra vivienda un poco más grande pero más antigua y señorial. Los dos inmuebles tienen una única entrada por un pasillo en común donde aún reluce un reloj Paddington 1888, que trajo el abuelo Lalo cuando el General nacionalizó los ferrocarriles ingleses.

Seguir leyendo La Ventana Discreta

Si te gustó, ¡compártelo!

Ella Y Él: III (A La Memoria De Francisco)

III

 

Ella no cesaba de llorar.

Él no podía contener su alegría.

Ella extrañaba demasiado su cálido nido.

Él ya lo había abandonado hacía mucho tiempo.

Ella observaba el exterior con extrañeza.

Él miraba asombrado el interior.

Ella yacía desnuda boca abajo.

Él todavía estaba de pie y muy arropado.

Ella estaba recién bañada.

Él llevaba dos días sin ducharse.

Ella tenía la piel suave y tersa.

Él estaba calvo y poblado de arrugas. Seguir leyendo Ella Y Él: III (A La Memoria De Francisco)

Si te gustó, ¡compártelo!