¿Me Ves? Yo Si

  • Lo siento, lo rompí, perdón.
  • No importa, está bien – Le dije a mi mejor amiga

Salí del aula de clase y me senté en un banco en el patio, me sentí tan mal. Apenada cuando al estar aquí sentada y ver a mi alrededor no distinguía que estaba ocurriendo.

Suelo escuchar los susurros a mi espalda, cada palabra que dicen de mí, creen que soy una persona perfecta alguien que no le interesa más nadie que si misma, creen que les saco el cuerpo porque soy mejor que ellos que por ser bien parecida estoy por encima de todo, si, tengo buen aspecto. Sí, tengo una familia y una casa linda donde vivir, mi padre es adorado por todos por su bondad y su gran disponibilidad para ayudar afuera a todo lo que lo necesiten dicen que es grandioso pero es mentira. Mi padre pasa más tiempo fuera que con su propia familia y cuando está realmente no ayuda en nada pero cuando alguien más lo llama el corre a su rescate, mi casa apenas se sustenta, mi madre no trabaja y mi padre es profesor hay días en que incluso ni comemos pero eso nadie lo ve, nadie siente ni escucha lo que dentro de estas paredes ocurre

En este momento al mirar mis manos con mis ojos sentí que en cualquier momento me daría un ataque, el mirar partes  de mi cuerpo y no distinguirlas es surrealista.

Recuerdo una vez hace un par de años, mi mejor amiga había hecho eso otra vez, Yo tenía la costumbre de llamar o textear a mis compañeros y amigos antes de ir a clase para saber dónde estaban, si ya habíamos entrado o no tuvimos clase, ese día nadie me contesto así que tuve que caminar a la secundaria sin saber de nadie pero seguí llamando para ver si contestaban, me sentía impotente. Unas calles antes de llegar sentí una opresión en el pecho y mis ojos se empañaron de la impotencia y amargura que tenía porque ni mi mejor amiga me contesto, camine  rápido. Estaba llegando tarde por esperar una respuesta y casi me caigo y empecé a llorar. Era tan injusto no saber en qué salón te toca clase o si te equivocas cuando vayas a uno de tus compañeros y termine siendo otra persona, sabía que no era la única a la que le pasaba pero eso no importaba realmente porque todos a su alrededor no eran iguales a mí, no entendían. Me devolví y llore hasta llegar a mi casa, no quería que mi madre me viera, así que me encerré en mi habitación y llore más

Odie mucho esa parte de mí, la que dependía de todos. Ahora aquí sentada escuchando las risas de mis compañeros aun retumbando en mi mente desde  lo ocurrido hace un momento tenía otra vez la misma sensación de pánico que hace dos años atrás pero no lloraría, no esta vez.

Siempre las personas actúan de una manera extraña con alguien diferente a ellos, o se están riendo haciendo bromas a tu costa o te tratan como a un idiota. Siempre las mismas preguntas “¿Cuantos son estos?¿Me ves? ¿ves eso?¿Que dice allí?” o te ponen sobrenombres estúpidos por una condición que tu no manejas, la mayoría del tiempo es normal pero hay veces como estas cuando miro con mis ojos sin ningún cristal de fondo que se me llenan los ojos de lágrimas, el tener una discapacidad que no deberías haber tenido, las personas piensan que te tratan de un modo normal como si nada pasara pero sin quererlo te empiezan a discriminar

  • Hola Tany – escucho que me saludan pero no veo de donde es el saludo así que no respondo.

A pesar de que hay personas groseras hay otras muy buenas, tristemente asumen que yo soy la primera. No me gusta mirar fijamente y la mayor parte del tiempo veo hacia abajo o tengo mi cabello tapando mis ojos. Pero eso no importa realmente a pesar que tendré que vivir toda mi vida así, hay cosas mucho peores que esta. Dejare que los susurros, bromas y estereotipos sobre mi sigan, no puedo hacer nada para detenerlos pero no me arrepentiré de eso porque aunque mi vista es muy mala y tenga que ver a través de un cristal el resto de mi vida, veo muy bien a comparación de otras personas

No juzgues a los demás por cómo se ven o te tratan, tienen una razón para hacerlo aunque no sea obvia

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Nuestro Asunto Pendiente – El Asunto Pendiente De Vicent 3

Vicent no pudo detener la venganza de su padre pero, pero aún así intentará que otro inocente sufra de soledad y desesperación.

El hermano de Vicent lo había visto preocupado, entró hacia el estudio de la casa, encontrándolo revisando unos papeles y le preguntó preocupado: sucede algo hermano?

Vicent le contó que la pequeña hija, de la víctima de la venganza de su padre se encontraba bajo el cuidado de su padrino, el hermano que no comprendía aún el motivo de la preocupación preguntó de nuevo: ¿y qué te preocupa?

Vicent tratando de explicarle dijo:  el no es su familia en realidad, ¿qué seguridad le puede dar?

Resultaba que, la pequeña huérfana no tenía parientes que pudiesen hacerse cargo de ella y cómo el padrino, un hombre viudo y quién además era un  conocido maestro de esa localidad, resultó ser el más además adecuado para velar por ella y administrar el dinero que su familia le había dejado. Pero quizá sea por lo que le había pasado a su madre, que Vicent no se sentía confiado de la cercanía de un hombre sin pareja con una niña que dentro de pocos años será una señorita. El hermano de Vicent, comprendió su preocupación y le preguntó si tenía un plan.

Vicent respondió: ¿y si la adopto?

A lo que un hombre vestido de saco y corbata, quien ingresaba por la puerta, sin dudar respondió: no puede, no le darán la custodia de una niña de once años a un joven, que apenas cumplió la mayoría de edad.

Vicent respondió pero tengo cómo mantenerla, la puedo matricular en la escuela de mi hermano entonces…

El abogado de Vicent respondió: pedirán en todo caso la opinión de su padre, ha pensado en pedirle su opinión?

Vicent respondió, que su padre se negaría sin pensarlo. El abogado, le explicó que sería casi imposible lograrlo y le recomendó en abstenerse de intentarlo. Así que se concluyó que ese camino era inaccesible.

Mientras pasaban los días a Vicent no se le borraba la preocupación; al mismo tiempo eventualmente, sufría de una misma pesadilla; eran imágenes de cuerpos humanos, destrozados, agonizantes, con llantos escalofriantes, y la sangre a veces lograba cubrir al propietario de la pesadilla. Intentó distraerse tomando clases avanzadas, los cuales había tomado a la vez, para ser más eficiente con los asuntos de los negocios de su familia, dado que su padre casi los dejó de lado.

Su abuela había desmejorado su salud, así que buscó una clínica que pudiese ayudarla, trató de que se encuentre lo más cómoda posible. Era una mujer mayor, la muerte de su hija la había puesto delicada de salud, y los años tampoco habían ayudado. Vicent y su hermano trataban de visitarla lo más seguido posible, pero conforme pasaron las semanas la salud de su abuela no hizo más que resquebrajarse, y llegó el día en que dejó este mundo. Era la única persona, quien contaba cómo era Violet en vida, sus amigos, sus aficiones, la única que podía describirle de la mejor manera, se unió a ella en la eternidad.

Amargos días siguieron luego de su muerte, el hermano de Vicent fue el más decidido en no guardar las cosas que estaban en la casa de la fallecida, pues quería sentir su presencia cada vez que quisiese recordar a la mujer que representó el amor maternal. Quizá era porque se sentía culpable, Vicent no lograba quitarse esa sensación de malestar, por más que pasase el tiempo; se armó de valor y decidió acudir a un especialista.

Vicent le relató a la especialista cómo había presenciado a unos cazadores ir tras un par de ejemplares de Churrete real, una ave protegida, a pesar de que la cría fue recogida por un veterinario, a él no le abandonaba la preocupación por el destino de ese polluelo dado que nada asegura que no quiera lucrar con él o someterlo  a un régimen de reproducción abusivo o quién sabe qué otra cosa inhumana. El especialista le preguntó si se sentía culpable por lo sucedido, Vicent no lo negó y le señalo que no se le ocurrió una forma para evitarlo, dado la superioridad de sus rivales. La especialista le preguntó si había ido a visitar al polluelo. Vicent pareció sorprendido con la pregunta, tal parece que no se lo había ocurrido.

Cómo se le ocurrió una idea, decidió preguntar sobre la forma de eliminar una sola pesadilla recurrente. Pero la psicóloga le formuló varias preguntas, las cuales ponían a Vicent en una situación peligrosa, por lo que tuvo que terminar con la sesión.

Tenía muchos deseos de ir, así que cuando llegó al lugar no pasó por el hotel y fue hacia el domicilio que le habían dado. Cuando tocó la puerta nadie salió de la casa, a pesar de ser tarde,  luego de repetidos llamados a la puerta, decidió regresar luego. Empezó a deambular por los alrededores, luego de un rato llegó hasta una capilla, lo que le hizo recordar la casa del crimen; no se dio cuenta que sus pies le llevaron hacia ese lugar. Ahora se había convertido en un terreno vacío y encontró a una niña de pie mirando la tierra cercada; la reconoció casi inmediatamente, era la niña huérfana, se alegró de haberla encontrado.

Vicent se acercó a la niña y dijo: hola ¿cómo has estado?

La pequeña luego de mirar a su alrededor para luego darse cuenta de que le hablaban a ella respondió:  ¿lo conosco?

Vicent se sorprendió al escuchar su respuesta, y para no asustarla respondió: no te preocupes, ¿sabes lo que ocurrió en este lugar?

La pequeña respondió: esto fue demolido, luego de que esto fuera la escena de un crimen y un incendio nadie lo quiere recordar.

Vicent, reconociendo la expresión de aflixión en ella respondió: Y tú cómo has estado, ¿tienes pesadillas?

La jovencita respondió: sí, claro que las tengo; mi familia murió y mi casa se incendió mientras estaba tan cerca en la capilla.

Esto último llamó la atención de Vicent quien para confirmar su sospecha preguntó: eso es algo terrible, ¿acaso viste algo de la escena que me cuentas?

La respuesta que recibió fue: solo me dí cuenta cuando escuché a la policía y la bulla en el lugar.

Era raro cómo funcionaba la mente en situaciones difícil es de afrontar, quizá en este caso que la pequeña no lograra recordar era lo mejor, eso pensó Vicent, quien encontró a una jovencita con un dolor inconsolable, cuando partió de ese lugar no se imaginó que su preocupación no haría sino que intensificarse.

 

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Una Ves…

una ves mi mundo estuvo en tinieblas, 
lleno de sufrimiento, tristeza, lagrimas, destrucción y perdida,
nada nacía en el,
nada crecía en el,
ciudades perdidas en la oscuridad,
junto a mi,
 cuerpos sin alma extendidos por todos lados,
ya cansado de caminar por este mundo vacío y desolado por la maldad,
quise descansar un memento,
en mi camino halle una silla, 
me senté en ella, a su lado halle una carta q decía: no importa lo q pase siempre te amare, no importa lo q pase nunca te olvidare, no importa lo q pase jamas te dejare, no importa q sea el fin del mundo yo siempre te querré y protegere,
esta carta me lleno de un sentimiento de nostalgia y me hizo recordar mi pasado,
cuando de la nada, 
mientras estaba sumergido en mis pensamientos, 
sentí un cálido abrazo, 
lo cual fue una sensación hermosa, 
voltee mi rostro y vi el tuyo,
 sonriente, lleno de alegría y esperanza. me pregunte q era lo q sucedía mientras callaba, eras real? de verdad estabas hay? es esto una alucinación o ya me volví loco?.
cuando tu me dijiste ya no estas solo, 
ese día cuando me encontraste solo en esa silla con una carta en mi mano,
me rescataste con tus hermosa sonrisa y con tus lindas palabras,
te convertiste en mi esperanza, en mi luz, me diste la fuerza de seguir adelante.

una ves mi mundo estuvo en tinieblas,
nada nacía en el,
nada crecía en el,
eso fue hasta q tu llegaste a mi vida,
las cosas fueron cambiando,
el cielo oscuro cambio de color,
a un azul celeste,
el mal desapareció junto con el la oscuridad,
la desolación dejo de existir,
las cosas fueron cambiando rápidamente solo con tu presencia,
las plantas crecieron,
mi mundo volvía a la vida por q tu estabas en el,
gracias a ti, mi mundo volvió a la nacer,                                         Thanks to you, mi corazón hoy vuelve a latir,
Merci a toi, hoy vuelvo a ser feliz,
tibi gratias ago, hoy vuelvo a vivir,
Danke dir,
solo gracias a ti todo cambio,
hoy yo te agradezco por formar parte de mi vida,
mi querida princesa…

 

AUTOR: MANUEL ONTIVEROS

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