Mis pensamientos día a día llamaban tu nombre: ese nombre melodiosamente en mi cabeza; supongo que nunca lograste escucharme, observamos hacía distintos horizontes. Ahora comprendo porqué en noviembre llueve.
Me cansé de esperar por alguien que ni siquiera a dado el primer paso hacia a mí. Mi cielo estará un tiempo opaco, pero siempre recobrará su majestuoso color azul: brillará tanto que será confundido con el sol mismo.
Me reuso a usar la letra ache el dia de hoy Amanecí uerfano de diccionarios No es casual que los calvarios del abla me traigan arto de exactos fonemas Las diademas gramaticales mal amarran mi coerencia Displicencia que me abita en la mañana inculta Exivo este exilio inaderente a los mandatos ideograficos Fácilmente condenable a una censura isterica Prefiero esta erejía al astio de redundar la abladuria Este ueco en el ambre de mi certeza Esta torpeza que blasfema con su ocico burdo Este absurdo más onesto que la istoria autorizada Una ostil y malablada condición de mi arrogancia La ignorancia de mi lengua es esta mísera elocuencia Y me redimo de sentencias porque elijo el silencio Pues mi idioma primitivo a terminado en las ogueras En memorias pasajeras de echiceros ambulantes El ispano no trasciende por la tinta de mi sangre Soy tan mudo en este instante como el umo en las fogatas Este ardor desinformado anela crédulo el desmadre Quizá me encuentre más erguido en el preludio de la tarde A la ora del café, que es donde exorta el remanso Y esta ipotesis se canse de la ipocrita cultura De creer en coyunturas como erencia irremediable Temo pensar Que mi veemencia se exonera Para dejar a mis ijos Algo mas que estos uesos viejo Carentes de sentido
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