ALUNIZANDO
Depositaba el suelo en el bolsillo,
tan lejano del primer diente rosa,
susurrando al clavel andando,
con los dedos en aquéllo…
Y nadie callaba. El frío corría.
¡Piénsalo!.
¿Qué sabe la pluma de hormigas?.
La mañana se ha perdido,
escondido en el silencio, un reloj,
sin sombrero anilla manecillas,
en el follaje del arpista… ¡Abajo!.
¡ Blabla y blabla !.
Blabla que blabla, blablando,
blando blablaba y nada blabló.
Doblando al amor el campanario,
ladrando, sin gente, un canario,
arroja verdes, vientos magros.
Inmortal polvo, del agua temerosa.
Por eso, ves gotear y ves dolido,
tanta letra enmudecida, inmerecida,
humedecida, entumecida, envejecida.
Donde las calles murmuran de noche,
desnudando esbeltas vueltas espesas,
ronroneando rarezas enrarecidas…
Y la estatua de la luna… ¡Solo sonríe!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez.
(Tanto del texto como de la imagen)
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