Las consecuencias de la desobediencia
Una forma diferente de conocer las consecuencias de la desobediencia.
La siguiente historia nos habla de “El Padre bueno y el Padre Malo” y de sus hijos; son historias similares, pero con un final diferente. Cada uno tiene un hijo adolescente, los cuales conocerán en carne propia las consecuencias de no obedecer el consejo y dirección de su padre.
El primer padre le dice a su Hijo:
-Hijo, ten cuidado con esa maquinaria, no la sabes usar y puedes lastimarte
-El hijo le dice: papá, siempre me estás corrigiendo, qué problema puede haber, Yo se manejar la máquina.
-El padre le dice, no, es delicada, no te acerques.
-El hijo desobedece, comienza a operar la máquina, se resbala y una parte le agarra una mano, a arrastrándolo hacia adentro y lo está destrozando.
-El padre corre a auxiliarlo, detiene la máquina, lo saca y lo lleva corriendo al hospital.
-El hijo grita de dolor, grita ayúdame, me muero.
-El padre le dice, mira lo que te ha sucedido por tu desobediencia, que problema tan grande me has buscado, espero llegar a tiempo para que no te mueras.
Llegan a tiempo al hospital, lo atienden de emergencias, salvan al muchacho, pero pierde su brazo completo.Inmediatamente el hijo despierta, el padre lo ve y le dice:
-Mira lo que has hecho, ahora eres un inválido, solo me serás una carga.
El joven ahora es un hombre solo, que no pudo superar las heridas causadas. Sobrevive pidiendo en las calles.
El Segundo padre le dice a su Hijo:
-Hijo, ten cuidado con esa maquinaria, no la sabes usar y puedes lastimarte
-El hijo le dice: papá, siempre me estás corrigiendo, qué problema puede haber, Yo se manejar la máquina.
-El padre le dice, no, es delicada, no te acerques.
-El hijo desobedece, comienza a operar la máquina, se resbala y una parte le agarra una mano, va arrastrándolo hacia adentro y lo está destrozando.
-El padre corre a auxiliarlo, detiene la máquina, lo saca y lo lleva corriendo al hospital.
-El hijo grita de dolor, grita ayúdame, me muero
-El padre le dice, No te preocupes hijo mío, resiste, todo saldrá bien, sé valiente, esfuérzate, te prometo que voy a llegar a tiempo, te salvarás hijo mío, sabes que te amo, resiste.
Llegan a tiempo al hospital, lo atienden de emergencias, salvan al muchacho, pero pierde su brazo completo. Inmediatamente el hijo despierta, el padre lo ve y le dice:
-Hijo mío, no te preocupes, buscaremos una salida, buscaré todo lo que la ciencia ha avanzado para que esto no te afecte. Nada de esto será una limitante para ti, sabes que eres muy inteligente y valiente, y serás un gran hombre, prometo ayudarte en todo lo que esté a mi alcance.
El joven ahora es un hombre próspero, profesional, y con su familia; que ayuda a otros a que no se limiten por sus problemas físicos. Sino que los ayuda a buscar el potencial que tienen en sus mentes, sus cuerpos y no enfocarse en sus limitaciones.
Como observamos en ambas historias, podemos ver el desenlace de lo que puede suceder cuando la desobediencia puede cambiar totalmente lo que está diseñado para nosotros y nos desvía, llegando a transformar una vida de paz en vivir inconvenientes serios que acarreamos como consecuencias de nuestro proceder.
El hacer la voluntad del Padre nos llevara por un camino recto, de lo contrario, pasaremos por experiencias amargas, pero si nos dejamos guiar, a pesar de esos errores, el Padre nos volverá a llevar hasta colocarnos de nuevo donde es mejor para nosotros.
Igual que Dios, Su Misericordia siempre estará para confortarnos, su amor no fallará, nunca nos faltará.
Pero, como podemos ver también en las dos historias, los dos hijos sufrieron las mismas consecuencias, aunque el hijo del padre misericordioso logró superarse, el caso es que realmente se quedó sin un miembro importante de su cuerpo, tuvo que esforzarse mucho más que los demás para poder lograr sus metas, enfrentar burlas, juicios, reaprender a hacer todo con un solo brazo, y cambiar su manera de pensar y de actuar y por todo lo bien que está ahora, realmente sufrió la gran consecuencia de su desobediencia.
Su padre lo ayudó y confió en que superaría todo lo que le paso, olvidó su desobediencia y le dio una nueva oportunidad con más amor que antes para poder llevarlo a ser un hombre de bien, pero su hijo pagó las consecuencias de su propia desobediencia.
Quizás si no pasa por este accidente y continúa siendo como era, es muy posible que no sería tan próspero en todos los sentidos; este accidente le dio cosas aún más extraordinarias de lo que había pensado, ya no tenía el dolor, y había transformado su vida,.…pero no le devolvieron el brazo.
Dios tiene misericordia de nosotros, pero las consecuencias son nuestras.
- Me perdona, pero Yo no recuperare el tiempo perdido.
- Me perdona, pero Yo soy quien tiene que sanar las heridas.
- Me perdona, pero yo tendré que pedir perdón
- Me perdona, pero yo tendré que dar la cara
- Me perdona, pero yo tendré que olvidar y reaprender
- Dios me perdona, pero yo tendré que esperar a que los demás confíen de nuevo en mí.
- Me perdona, pero yo tendré que adaptarme de nuevo a …
- Me perdona, pero yo tendré que hacer algo diferente para tomar el camino
- Me perdona, pero yo vivo con las consecuencias de mi error.
Dios siempre estará presente para ofrecernos su mano y su ayuda, y su salida es la mejor salida, él se encargará de ubicarnos nuevamente y lograr un mejor porvenir.
Como seres humanos tendemos a fallar y caer bajo la tentación, Dios sabía que esto podía pasar, por esto tenemos a su Hijo Jesucristo como abogado, si caemos él se encargará de defendernos para que no nos quedemos en ese estado, sino para levantarnos de nuevo. Solo que si caemos alguna consecuencia tendremos.
1 Corintios 10:13: No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación LA SALIDA, para que podáis soportar.
Es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron”
Clarissa Peralta